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jueves, mayo 2, 2024

El canal Masacre y la Virgen de Altagracia con chivita

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A Horacio Vásquez se le conoció en vida con el mote de “la Virgen de Altagracia con chivita”. A los seguidores del ex presidente y político Vásquez, un hombre de la guardia vieja, les gustaba llamarle así, para significar que su líder realizaba muchas obras en favor de la población, siempre por los lados de la frontera dominicana limítrofe con Haití. Vásquez usaba una barba que “unida al bigote, rodea la boca hasta la barbilla o el mentón”.

Ahora que a la opinión pública dominicana se le ha lanzado un chorro de información sobre el desvío de las aguas del río Masacre, por parte de los ingobernables haitianos, utilizando un canal para vaciar sus aguas en territorio haitiano.

Lo que podría llamarse “Gobierno haitiano”, se ha mostrado desinteresado en profundizar para que la gente conozca mayores detalles edificantes, sobre este importante asunto, forzando el tema a una cuestión morbosa y desorientadora, con fines indignantes.

¿Cuál es el objeto de sacar agua del río Masacre para enviarla a un lugar no identificado, y para qué?

Ha sido la causa de la intriga

El político, ex Canciller y ex Primer Ministro Interino haitiano, Claude Joseph, enemigo declarado de la República Dominicana, quién sabe por qué, en defensa del canal y la posición que dice es la de Haití, ha dicho que el canal se inicia en el paraje haitiano denominado Pitobert y que todo el plan de la construcción se enmarca en la legalidad de los acuerdos sobre delimitación fronteriza de 1929 y el de 1935.

Es el embajador dominicano William Páez Piantini, quien en la segunda edición corregida de su magnífica obra “Frontera domínico-haitiana, 6 zonas, 97 planos, 313 pirámides”, nos explica que, en esa zona que ahora se nos dice avanza la construcción de todo un canal de mampostería, profesional, hay radicadas varias pirámides de las 313 pirámides fronterizas que delimitan los territorios dominicano y haitiano.

Tales pirámides existen porque Haití y República Dominicana, tras siglos de discusiones y contradicciones lograron gradualmente ir poniéndose de acuerdo, de los cuales todavía hay algunos inconclusos, a pesar de la rígida y decidida posición de Rafael Trujillo, para que definitivamente Haití quedara separado de nuestro país.

Ese Pitobert que ahora citan las autoridades haitianas como punto de inicio de la construcción del canal para sacar agua del limítrofe río Masacre y dirigirla a territorio haitiano, es un paraje al que se llega tomando la carretera, ya dentro de la sección de Maribaroux, allí está radicada la pirámide número 9, de la Zona Uno. Es lugar al que sólo se puede llegar a pie o en montura.

Horacio Vásquez
Horacio Vásquez

Pitobert siempre ha sido una zona limítrofe conflictiva, a la hora de deslindar territorios entre Haití y República Dominicana. En enero del 1901, algunos ciudadanos pretendieron desviar en su desembocadura al río Masacre, en la Bahía de Manzanillo, ya que pretendían unos terrenos que le hubiesen correspondido a Haití, cosa que rechazaron las autoridades de Montecristi, llevando la denuncia ante las autoridades dominicanas.

Desde entonces, ese incidente se conoce como el de Pitobert y dio lugar a un encontronazo que tuvo a punto de desencadenar una guerra entre los dos pueblos. Fue el vicepresidente de la República, general Horacio Vásquez, quien tuvo que acudir al frente de tropas dominicanas para obligar a los haitianos de Fort Liberté, a desistir de la cuestión, pese a que estaban en pie de guerra con sus tropas.

El asunto derivó en gestiones de comisiones diplomáticas

Es por eso que ahora, el canciller y primer ministro interino haitiano Claude Joseph llama a tratar el asunto del canal de manera que no degenere en un conflicto latente en esa zona fronteriza y que se acuda a los acuerdos de 1929 y 1935.

Lo intrigante del caso es que, si no tuvieran todos los detalles de lo histórico y de lo actual sobre el ya famoso canal del Masacre, que ya empezó en Pitobert y que avanza lejos, en el llano de la sección Maribaroux, territorio agrícola en donde se cultiva arroz y otros frutos, y también donde hay un tradicional conflicto por la acción de empresas industriales multinacionales que se disputan esos terrenos relativamente fértiles para montar allí sus construcciones y naves.

Es hacia la sección Maribaroux, a donde se está desviando el río Masacre, porque así lo decidieron hace años empresas multinacionales poderosas con sus zonas francas industriales a despecho de la agricultura y de la necesidad de agua potable en esos lugares.

En esos territorios existen aguas subterráneas que ya fueron comprometidas por los haitianos para fines ulteriores con empresas e intereses transnacionales.

Maribaroux es considerado un verdadero granero del departamento Norte-Este de Haití, una rica llanura. Es por eso que el Banco Interamericano de Desarrollo y la organización alemana de agroalimentación impulsan en el lugar de manos de distintas personalidades diplomáticas, hace años un proyecto de rehabilitación del sistema de riego del río Jassa, de esa región.

El riego en la zona no podría tener lugar sino con la utilización de las aguas de los ríos Jassa, Lamatrie, en Haití, y del Masacre.

La falta de drenaje y gestión del agua de estos tres ríos hace que los cultivos se inunden durante las temporadas de lluvias.

Y siempre se alega que República Dominicana, “el país vecino”, como lo denominan en Haití, está aprovechando el río Masacre y ya ha instalado un tapón de desvío en su ruta».

Lo que el BID está impulsando, allí, es la construcción de una presa que extrae agua del río Jassa, la construcción y desarrollo de unos 5 km de canales principales de mampostería, la instalación de unas 13 tomas de agua secundarias, la instalación de 4,7 km de canales secundarios de mampostería con cuencas de distribución de una presa de descarga para el flujo de agua.

Ya Haití firmó, en Roma, un acuerdo con el Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA) para el riego de 1500 baldosas de tierra más en la llanura de Maribaroux.

Detrás de todo esto se encuentra también la Clinton Global Initiative y su red de acción en Haití, que informa ya invirtió para los mismos fines, un millón y medio de dólares.

Se cuenta, asimismo, con los aportes de la multinacional haitiana denominada Grupo Coles, la que instala una planta de procesamiento de arroz, y caminos de acceso, la que estima podría comercializar el arroz que se produzca en el lugar en el mercado dominicano.

También está involucrada en esta gestión, la multinacional Multi Wear S. A., con asiento en el Parque Industrial Sonapi, con oficinas en el Bulevar Toussaint Loverture, en Puerto Príncipe.

El mayor compromiso con estas aguas y sus canales lo tiene estudiado y lo ejecuta, el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA), con un magnífico proyecto de desarrollo integrado en la planicie de Maribaroux, en base a la construcción de un sistema de riego.

Estos proyectos han sido acogidos en su totalidad por la Organización de Estados Americanos (OEA) con técnicos y soportes de la organización.

Como bien se conoce, la Constitución dominicana vigente manda que el gobierno establezca políticas, en su artículo noveno, como los documentos que la sustentan y que reposan en las Naciones Unidas, para defender la soberanía nacional dominicana, todo contenido en los tratados fronterizos del 21 de enero de 1929, el de 1935, y el del 9 de marzo de 1936.

Tradicionalmente, la línea fronteriza, ha sido sometida a total abandono y descuido. La carretera internacional deteriorada en sus 48 kilómetros, por falta de mantenimiento, igual que los seis puentes internacionales a punto de derrumbarse. Eso parece que empieza a cambiar, con los impulsos que ejecuta y promueve el actual gobierno en la persona de Luis Abinader.

No es sólo el Masacre, también los otros ríos fronterizos, Dajabón, Capotillo, Libon, Artibonito, Macasías, Carrizal y Pedernales, es tradición que hayan sido depredados ante los ojos de todos, quienes ven cómo se les saca materiales y totalmente contaminados.

No ha habido quien cuide el tráfico humano y comercial, o turístico. Todo en la frontera había sido abandonado y descuidado. Para engreimiento de los haitianos, empeñados que la Isla deberá ser una e indivisible.

Pero como ahora, en el canal del Masacre, puede verse que todo cambiará. De nuevo que se sepa que no es posible la compactación de Haití y República Dominicana en una sola isla.

Tendrán los hospitales que sean construidos en la frontera, como es el caso del hospital del ya anunciado para Dajabón, que disfrutarán parturientas haitianas, para que no tengan que llegar a otros hospitales del país, como ocurre en Santiago y donde el empresario de la zona fronteriza y de Santiago, Fernando Capellán con su grupo M, se ha metido de cabeza en esa obra.

Se están ejecutando los nueve puntos que pactó Abinader con el presidente Moise, en un cuartel militar dominicano, en la misma frontera.

Y la verja fronteriza que se levanta con asistencia de técnicos traídos desde Israel, y desde España.

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