SANTO DOMINGO.Excepcional como ha sido por la presencia de la pandemia del COVID-19, la campaña electoral próximo a culminar, y que a decir de las más valoradas encuestas publicadas en la última semana ya está definida en sus resultados en favor del cambio político, reporta también la incorporación al activismo de campaña a una de las figuras que ha despertado mucho interés en sectores políticos que discurren sobre sus posibilidades como figura de principalía.
Para muchos fue, y todavía no se conocen razones que expliquen la decisión sorpresiva de David Collado para ausentarse de la la boleta municipal como candidato a alcalde del Distrito Nacional en las pasadas elecciones para la cual era ganador seguro según las encuestas y la percepción político electoral de ese entonces.
Con una gestión considerada en muy alta estima por los capitalinos sin importar bandería política, Collado se auto marginó de un espacio que la mayoría creía necesitaba el joven político para consagrarse como el candidato posible a otras posiciones más alta en la política nacional.
Aunque en torno a él se creo todo un ambiente de expectativas y especulación, que el mismo alimentó muchas veces con su silencio, otras con sus insinuaciones, pero lo cierto es que no pudo concretar ninguna acción que lo mantuviera en las candidaturas más importantes que se disputan el próximo domingo, y para la cual se le estimaba como “una presencia imprescindible” para definir el domino político.
Considerado “delfín” de un reconocido conglomerado empresarial y apoyado por otros sectores de relevancia económica, Collado veía pasar su caudal político sin pena ni gloria en este proceso que muchos califican de determinante en el discurrir político institucional del país y hacia donde debe dirigirse.
Sin embargo, desde la semana pasada el ex-alcalde del Distrito Nacional pareció entender que “para comer pescado hay que mojarse los fundillos” y comenzó a activar al lado de candidatos del Partido Revolucionario Moderno al que reivindica como el suyo, pese a que era muy tacaño al mencionarlo cuando era ejecutivo municipal. Igual distanciamiento ha mostrado con el candidato presidencial del PRM, Luis Abinader, de quien se dijo pudo haber sido su acompañante.
Los comentarios más socorridos apuntan a que ese cambio de actitud es un logro de Carolina Mejía, quien lo sustituyó en el cargo de alcalde, y a quien él apoyó desde siempre sin ningún tipo de reservas, y a la influencia del ex-presidente Hipólito Mejía, de quien se dice es su mentor político y que en esta oportunidad lo convenció de la importancia que él estuviera en el ruedo electoral.
Con su respaldo militante y entusiasta a Faride Raful, como candidata a senadora del DN, y a los diputados de esa plaza, así como su apoyo a los candidatos a senadores de La Romana y Monseñor Nouel, y que al finalizar la semana de campaña podría extender a la cúspide de la boleta nacional del PRM.
Lo cierto es que, con esos movimientos de última hora, David Collado se integra a una corriente que tiene la posibilidad a partir del próximo domingo de ser la que encabece el ambiente político de los próximos cuatro años, y en la cual el podría ser esa figura que las encuestas y la percepción popular le atribuían hace unos meses.
