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viernes, mayo 17, 2024

Cartes corrupto, en Paraguay, abandonado por Washington, cae en manos de su destino

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En agosto del 2013, los titulares de la prensa fuera de Paraguay, se hacían eco de informaciones en las que se decía que el nuevo presidente de Paraguay estaba en la mira de la DEA. Las filtraciones de WikiLeaks fijaban con claridad que el muy rico empresario Horacio Cartes, relumbrante nuevo presidente paraguayo, era sospechoso de ser socio de narcotraficantes.

El gobierno de Estados Unidos se hacía de la vista gorda, sin embargo. Hoy, en medio de un convulso proceso electoral en Paraguay, es acusado por esos mismos Estados Unidos, y sancionado, por su presunta participación «en importantes actos de corrupción».

Pasó el tiempo, y Horacio Cartes se comportó como todo político que, basado en las debilidades del sistema, logra escalar la principalía del gobierno de su país y se alza con el puesto como si fuese una presea de su propiedad, y no como lo que es: un manojo de ilusiones de la ciudadanía necesitada.

Cartes, millonario empresario de múltiples industrias, fue siempre sospechoso del contrabando del tabaco, pero asumió a la presidencia de Paraguay, impulsado por el Partido Colorado, el principal sostén político del dictador Alfredo Stroessner durante 34 años, de tétrica recordación para los paraguayos.

El magnate Cartes, un novato en política local, llegaba bajo la mira de la DEA, bajo sospecha de lavado de dinero. Pese al paso del tiempo, los sectores políticos paraguayos recuerdan las maniobras de los colorados con Cartes entre ellos, derechistas recalcitrantes, fueron desalojados del poder en 2008 por el ex obispo católico Fernando Lugo.

Con la trampa que facilita siempre el sistema electoral, con su inmensa fortuna financiera, Cartes se afilió al partido en 2009. Un año y medio después, tras lograr beneficiarse con la modificación del reglamento interno que establecía el requisito de 10 años de militancia para presentarse como candidato a jefe de Estado, lo hizo. “Venía de afuera de la política, con grandes éxitos en los negocios y creímos que ayudaría disminuir la pobreza», era lo que decían sus millonarios congéneres trepados en la política.

Es la misma historia de siempre, en Latinoamérica, la que a nadie lleva a sorpresas, pero que elecciones tras elecciones produce el mismo destino en el sistema de la inmoralidad democrática. Cartes, de 57 años de edad, en aquella época, además de dos fábricas de cigarrillos, era propietario del banco comercial Amambay, de una embotelladora de gaseosas con una filial en Florida, Estados Unidos, y de varias haciendas, en un país de 6,2 millones de habitantes, de los cuales 39 por ciento es pobre, con el 20 por ciento viviendo en la miseria. El tipo, también era presidente del club Libertad de la primera división del fútbol paraguayo.

Según las filtraciones de Wikileaks, la diplomacia norteamericana en Asunción, capital Paraguay, conocía que Cartes regularizaba dinero sucio a través del banco Amambay. También desde Buenos Aires, Argentina, se refería que agentes de la DEA, junto con ejecutivos de dos grandes compañías tabacaleras de Estados Unidos, organizaron un grupo para desarticular e investigar la red mafiosa ligada al narcotráfico de Cartes, a través de la denominada Triple Frontera integrada por Ciudad del Este (Paraguay), Foz do Iguazú (Brasil) y Puerto Iguazú (Argentina).

Pero como siempre, nadie hacía nada en concreto, mientras el político engatusaba a todo el mundo y escalaba la presidencia de su país. Tras el triunfo electoral de Cartes, Estados Unidos adoptó una actitud amistosa, y se explayó en “felicitamos al presidente electo Horacio Cartes por su victoria», a través del vocero del Departamento de Estado, Patrick Ventrell. Cartes, como un corderito manso, aplicaba la fórmula de siempre, y decía “vayan al Poder Judicial y revisen. No hay nada, no hay ninguna denuncia en mi contra”.

Ahora, que de nuevo haya alboroto electoral para la presidencia en Paraguay, los colorados se defienden de las acusaciones. Cartes está en medio de la controversia, ya que deberá ser juzgado el 18 de diciembre. La Embajada de los Estados Unidos en Paraguay ha advertido que la familia de Horacio Cartes no está habilitada para ingresar a territorio norteamericano. La situación es cuestionada por los políticos del grupo de los Colorados, los que se proclaman anticomunistas y peleadores contra el progresismo. Los colorados dicen que su candidato de hoy, el precandidato Hugo Adalberto Velázquez Moreno, tiene de contrario a uno vinculado con grupos terroristas de Irán, como el Hezbolá y los chiitas. Todo parece provenir de pugnas internas del grupo que desea retener el poder.

El actual presidente de Paraguay es Mario Abdo Benítez Perrier, desde el 15 de agosto de 2018. Es miembro del Partido Colorado. Descendiente de inmigrantes libaneses, mercadólogo graduado en Estados Unidos. ha sido criticado por su relación con la dictadura militar de Alfredo Stroessner, ya que su padre, Mario Abdo, fue el secretario privado de Stroessner. En junio de 2022, el 81% de los encuestados valoró negativamente al presidente Mario Abdo Benítez.

Un 70,3% de los encuestados consideran que Paraguay «requiere cambios profundos», un 19,4% piensa que Paraguay necesita estabilidad y un 9,5% cree que el país requiere de cambios moderados.

​ En septiembre de 2018, anuló la decisión de su predecesor, Horacio Cartes, de transferir la embajada paraguaya de Tel Aviv a Jerusalén, declarando que había tomado esta decisión creyendo que «contribuiría a la intensificación de los esfuerzos diplomáticos regionales e internacionales para lograr una paz amplia, justa y duradera en el Medio Oriente». Esta decisión provocó tensiones con el gobierno israelí, que, en respuesta, cerró su embajada en Paraguay.

En enero de 2019, Paraguay rompió relaciones diplomáticas con Venezuela, en medio de la crisis causada por la investidura de Nicolás Maduro para un nuevo mandato como presidente de Venezuela. En esa crisis, Abdo Benítez expresó su apoyo a Juan Guaidó, y semanas más tarde lo recibió en el palacio presidencial.​

Estados Unidos sancionó, se anunció el viernes de esta semana, al expresidente de Paraguay Horacio Cartes por «implicación en importante corrupción», según el secretario de Estado Antony Blinken en un comunicado, en virtud de la sección 7031(c) de la Ley de Asignaciones del Departamento de Estado, Operaciones Extranjeras y Programas Relacionados de 2022, según la cual los funcionarios designados y sus familiares inmediatos generalmente no pueden ingresar a Estados Unidos.

Según el comunicado, Cartes expresidente de Paraguay (2013-2018) fue sancionado por el gobierno norteamericano por su presunta participación «en importantes actos de corrupción», ratificó el embajador estadounidense en Asunción, Marc Ostfield. Cartes «obstruyó una importante investigación internacional sobre el crimen transnacional con el fin de protegerse a sí mismo y a su socio criminal de un potencial enjuiciamiento y daño político», lo que «socavó la estabilidad de las instituciones democráticas de Paraguay al contribuir a la percepción pública de corrupción e impunidad dentro de la oficina del presidente paraguayo».

«Además, estas acciones permitieron y perpetuaron la participación recientemente documentada de Cartes con organizaciones terroristas extranjeras y otras entidades designadas por los Estados Unidos, lo que socava la seguridad de los Estados Unidos contra el crimen transnacional y el terrorismo y amenaza la estabilidad regional», dijo Blinken.

Estados Unidos también designó a los hijos adultos de Cartes: Juan Pablo Cartes Montaña, Sofía Cartes Montaña y María Sol Cartes Montaña. El ex presidente paraguayo difundió un video en las redes en el que calificó las acusaciones como infundadas e injustas, como dicen sus seguidores del grupo de los Colorados.

En estos días, la prensa norteamericana, asimismo, recordaba que Mauricio Macri, desde Argentina, causó revuelo político en Paraguay al visitar, en el 2020, al expresidente Horacio Cartes. También han causado escozor las referencias al homicidio del fiscal paraguayo contra el narcotráfico Marcelo Pecci, crimen que se relaciona con las causas que el fiscal estaba investigando. Pecci, el fiscal antidrogas, fue asesinado en la isla Barú, Colombia. La policía colombiana dijo que tiene la mira puesta en un grupo de detenidos de distintos países, incluido algún dominicano ligado al narcotráfico.

Otra autoridad paraguaya víctima del terrorismo fue José Carlos Acevedo, intendente de la ciudad paraguaya de Pedro Juan Caballero, fronteriza con Brasil. Todos son elementos que caldean el ambiente electoral en Paraguay.

Algo que se resalta es que en Paraguay no haya una oferta electoral variada, sino que es tradición la oferta electoral muy pobre. Una muestra de ello parece ser el caso de la candidatura que acompañará al actual vicepresidente de la República: la esposa de Hugo Velázquez acaba de renunciar a su cargo de fiscala general adjunta. Lourdes Samaniego renunció a su cargo de fiscala general adjunta para acompañar oficialmente a su esposo, el vicepresidente de la República, Hugo Velázquez, quien se postula como precandidato colorado a la presidencia.

Resulta interesante conocer que, en medio del clima electoral, en Paraguay se acaba de realizar la 60 edición de la Cumbre del Mercosur, en la que se discutió entre los gobiernos componentes, la creciente inflación, el alza de precios de los combustibles, la reducción de los aranceles externos y los tratados de libre comercio. El actor del grupo más alineado con la política estadounidense, el actual presidente Paraguay, no ha tenido mucha capacidad ni maniobra para hacer una cumbre de Mercosur con su país como sede, que permitiera redefinir o reimpulsar al organismo,  o bloquear la negativa a permitir la intervención del presidente ucraniano Vladímir Zelenski por falta de consenso, en lo que se vio cierta coherencia, ya que el bloque apunta hacia la importancia del futuro de las relaciones con Rusia y países del BRICS.

Las elecciones generales de Paraguay están previstas para el 30 de abril de 2023. Sería el octavo evento electoral general y nacional en este país, desde el golpe de estado que puso fin a la dictadura de Alfredo Stroessner, en febrero de 1989. Los sectores políticos paraguayos recuerdan que los colorados, derechistas recalcitrantes, fueron desalojados del poder en 2008 por el ex obispo católico Fernando Lugo. Fue una acción que en toda Latinoamérica se consideró una destitución y más, tras un proceso de juicio político un vulgar golpe de Estado. Se recuerda que el presidente de la República Dominicana, en ese entonces, Leonel Fernández estuvo entre los que no aceptaron la destitución de Lugo. En el 2013, Lugo fue electo senador.

Ahora, el calendario electoral en Paraguay, establece que, las internas simultáneas partidarias serán el 18 de diciembre de 2022.

En lista de postulantes medidos por recientes encuestas están los políticos paraguayos por Concertación Nacional Opositora – Frente Guasú, Esperanza Martínez, médico y actual senadora; por Concertación Nacional Opositora – Encuentro Nacional,   Kattya González, abogada y política, actual diputada de tendencia socialdemócrata; por Concertación Nacional Opositora – Patria Querida, Sebastián Villarejo; por Asociación Nacional Republicana – Honor Colorado, Santiago Peña; ​por Nueva República    Euclides Acevedo; por Asociación Nacional Republicana – Fuerza Republicana Colorados, Hugo Velázquez, actual vicepresidente del país.

 

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