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sábado, mayo 4, 2024

 Un acierto del PLANDES 2030

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En términos de la “salud pública”, el PLANDES constituye un gran aporte, porque actualiza el diagnóstico sobre los factores económicos, laborales, sociales, ambientales e institucionales que determinan la situación sanitaria del país y propone soluciones viables y sostenibles

El Plan Estratégico Nacional de Salud (PLANDES 2030) comprende las dos grandes dimensiones del derecho constitucional a la salud: 1) la salud pública, es decir, la salud colectiva nacional; y 2) la salud individual de todos los dominicanos y residentes. En este mensaje comentamos la estrategia sobre la salud colectiva, y en los siguientes, analizaremos la garantía real de acceso al cuidado integral de toda la población.

Citando al presidente Luis Abinader, la Estrategia Salud 2030 construye puentes entre la brecha de las perspectivas de los formuladores de políticas, y las necesidades de las comunidades, incorporando la voz de la gente en la toma de decisiones en salud.

El PLANDES 2030 describe la visión futura de la salud como “Una nación saludable con pleno ejercicio del derecho a la salud, impulsada por la participación social, la protección del ambiente, y con servicios humanizados, asequibles y de calidad”.

El objetivo estratégico se orienta a elevar el acceso a la salud de toda la población, en especial de los grupos vulnerables, a través de mejores condiciones de vida, redes con un primer nivel de atención y con recursos humanos con nuevas habilidades y capacidades.

El documento diagnóstica los indicadores sanitarios, mediante un enfoque holístico (integral) del estado de la salud colectiva e individual, con énfasis en la inclusión social, en la gobernabilidad, la gobernanza y en la articulación tanto pública-privada, como comunitaria. Como corresponde, examina la pertinencia, calidad y precisión del marco regulatorio.

En lo relativo a salud y economía, el PLANDES 2030 presenta la evolución del gasto nacional en salud, del valor agregado del sector al producto interno bruto (PIB), y de la participación pública y privada en el mismo, señalando las limitaciones del financiamiento y del costo del Plan Básico de Salud (PBS).

La estrategia evalúa las fortalezas, oportunidades, debilidades y amenazas (FODA), ponderando las consecuencias sanitarias, sociales y políticas, tanto si no se hace nada, como si se ejecutan la estrategia y los proyectos estructurales recomendados.

La estrategia enfatiza en el fortalecimiento de la rectoría, bajo el liderazgo del Ministerio de Salud Pública (MISPAS). Propone la transformación gradual de la gestión de los Centros del Primer Nivel (CPN), y la revisión y actualización bianual del Cuadro Básico de Medicamentos Esenciales (CBME) y de alto costo, entre otros temas cruciales.

Nuestra Fundación, celebra el tratamiento integral de los factores económicos, laborales, sociales e institucionales que determinan el estado general de la salud pública. Pero expresa su reserva sobre la aplicación de las propuestas, porque no es la primera vez que se plantean, y que luego se “olvidan” para continuar haciendo más de lo mismo.

Muchas de estas estrategias y recomendaciones fueron debidamente formuladas, en valiosos y profundos estudios con préstamos por más de 117 millones de dólares en la década de los 90. Lamentablemente, tres décadas después continúan engavetados, a pesar del crecimiento económico del país y de los magros resultados del sistema de salud.

No queremos ser pesimistas. Pero tampoco ocultar el sol con un dedo. Sólo pretendemos ser portavoces del sentir de millones de dominicanos de a pie, anónimos ancestrales, cansados de escuchar, durante décadas, bonitas promesas sobre cambios reales, sin ver resultados tangibles.

Mientras los limitados recursos continúen asignándose de acuerdo con las presiones de las minorías y sin calcular costos ni exigir resultados, la consigna de “en salud, primero la gente” será una promesa hueca. Ahora más que nunca, están dadas las condiciones objetivas, subjetivas y legales para un cambio gradual en la dirección correcta.

Abrigamos la esperanza de que, tanto la estrategia como las acciones propuestas sean ejecutadas, con el mismo impulso, compromiso y entusiasmo con que el Dr. Daniel Rivera, ministro de salud, la está promoviendo. Estamos ante una nueva oportunidad de avanzar hacia el objetivo nacional de contar con un país, y con una población, cada vez más saludable.

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