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viernes, mayo 10, 2024

Televisión Pública

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Cuando se habla de Televisión Pública (quiero expresarlo con mayúsculas), se trata el tema con cierto desprecio y marginalidad. Salvo la honrosa excepción de George Rodríguez Dabas (siempre que escribo sobre el tema lo digo), el resto de las pasadas administraciones fueron gerencias anosmias para dar programas a los compañeritos y compañotriotas del partido, para que se buscaran su “cuarto” con publicidad de los ministerios al no poder participar de la nómina del Estado y para que, como punta de lanza, como lenguas viperinas (hoy mejor llamados bocinas), defendieran al gobierno de turno con uñas y dientes.

La Televisión Pública, contrario a ese postulado criollo rancio, es un espacio audiovisual democrático en donde se exaltan y se promueven lo mejores valores de una sociedad a través de la cultura y las artes. En donde la nación toda tiene derecho a verse representada por medio a la parrilla de programación. La Televisión Pública no tiene por qué ser aburrida, anti lúdica o superficial.

Documentales, series de televisión, películas, programas históricos, gastronómico o de protección animal que no les interesan a otros canales producir, Radiotelevisión Dominicana (RTVD4), tiene la obligación de realizarlo con el más alto nivel profesional y creativo para provecho de una población que no siempre tiene televisión de paga o plataformas de contenidos digitales (streaming) como Netflix o HBO Max. La Televisión Pública debe servir a la mayoría y servirle del mejor modo posible: Como un imaginario útil y auxiliar de su existencia.

Una Televisión Pública debe ser siempre educativa, imaginativa, creativa, informativa y en todas estas formas: Creíble, confiable… Debe asumir aquellos temas que otras televisoras, por no encontrar atractivos económicos, no asumen. Su parrilla de producción debe ser experimental, expositiva, transgresora de las temáticas y propuestas de desarrollo y crecimiento del país donde se origina.

La Televisión Pública es el ágora del gobierno de turno, de cualquier gobierno, para plantar sus arengas de informar a la población de medidas oficiales, de tomas de decisiones de determinadas acciones o llamados colectivos, como por ejemplo, “Ahorrar agua porque estamos en un período de sequía y nuestros caudales están en una situación crítica”; el anuncio de la “Construcción de la carretera de circunvalación de la provincia de Azua que ahorrará tiempo y combustible a los conductores”; informar sobre “determinadas campañas sanitarias para prevenir el cólera, el dengue o la chikungunya”.

La administración de Iván Ruiz en RTVD4 está marcando la diferencia al momento de proponer una Televisión Pública. Acaba de ponerse un “virao” (los que juegan a las cartas saben a lo que me refiero), con un despliegue periodístico nunca antes puesto en ejecución en la Semana Santa para mantener informados a todos los dominicanos en cualquier parte de la geografía nacional. “Misión 360” fue un plan bien orquestado: Preciso y definido sobre cómo se produce una cobertura nacional durante 4 días.

Ajeno a esto, la máquina de inventivas de una nueva programación no se detiene, muy por el contrario, se trabaja a todo vapor para tener un conjunto de contenidos audiovisuales divertidos, informativos, creativos y plurales. Una cartera de programas para todos los gustos, siempre pensando en las familias y los valores nacionales. Habrá que abrir una carpeta para incluir a Iván Ruiz en la historia de la Televisión Pública Dominicana cuando se pase balance a su gestión. ¡Parece que lo mejor está por verse!

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