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lunes, mayo 13, 2024

“Señor, deme algo”

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Nunca fui bueno en matemáticas; es más, todavía suelo contar con los dedos. Sin embargo, si me interesa un número telefónico, en el momento preciso lo recuerdo, aunque no lo anote. Además soy buen fisonomista, y, a mi edad, gozo de una memoria aceptable.

Suelo reconocer los rostros que observo con atención, así haya transcurrido un lustro o más años sin verlos. De ahí que puedo identificar quienes son las personas que hoy han progresado o han retrocedido económicamente.

Al margen de que en pandemia mucha gente falleció y hay una crisis socio-económica que nos acogota, puedo afirmar que en los barrios de Santo Domingo, ha crecido el número de menesterosos. Hay más pedigüeños en las calles y avenidas; y no me refiero a haitianos.

No acudo con regularidad a los exclusivos lugares en que se reúnen conspicuos periodistas. No; me interno en las entrañas de los barrios. Lo más emblemático que frecuento es, La Cafetera, del ahora Conde Peatonal.

No creo en el sistema ni la partidocracia; pero si hay una organización por la que debería sentir un poco de simpatía es por el PRM; el que fuera el glorioso PRD de antes con modificada sigla, y el enarbolado “cambio”. En otras palabras, no hay una enraizada aversión política cuando digo que ahora, en los populosos barrios, noto que hay más miserias y necesidades.

Luego de cinco años de ausencia, debo decir que vi rostros nuevos de gente necesitada, trabajadora y decente, clamando por ayuda. En más de una ocasión, se me dijo: “señor deme algo”. Me percaté de que no era para vicios.

Oí la opinión de muchos perremeístas y otros que los son, pero hoy despotrican contra el gobierno de Luis Abinader. Escuché sobre descontentos, y créanme que éstos fueron los más.  Ubicándome en zonas barriales de la capital, sostengo que hay más gentes jodidas.

Rumbo a tres años de gobierno, no se puede tomar como adargas protectoras de excusas, el paso de la pandemia y la guerra entre Rusia y Ucrania.

Sin dejar atrás lo “mágico” de la macroeconomía, sería lógico preguntarse: ¿a favor de quién o quiénes ha crecido nuestra economía? ¿Es atinado entender que hemos crecido socio-económicamente como país, cuando hay más miseria entre los dominicanos de a pie?

 El autor es periodista, miembro del CDP en Nueva York, donde reside.

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