Yo era en 1959 estudiante de la Universidad de Santo Domingo, como así se denominaba antes de que fuera declarada Autónoma, lo cual ocurrió por la Ley Número 5778 del 31 de diciembre de 1961. En 1959 esa academia de enseñanza superior, la primera de América era una institución elitista y centro de difusión de las ideas trujillistas.
Por ejemplo, Carlos Cornielle era un profesor adulón que un día dijo en sus clases de Derecho la siguiente frase:»Gracias a la política acuática del jefe, los peces se acercan a nuestras costas y ahí son fácilmente capturados por nuestros pescadores», los estudiantes nos miramos alarmados por esa afirmación, algunos contuvieron la risa.
El hijo de ese poeta de la adulonería, Otto Cornielle figuraba como estudiante en el mismo curso que yo, pero en realidad era un calié que cumplía el trabajo de vigilar a Radhamés Trujillo, hijo menor del tirano, que algunas veces asistía a un aula privada que estaba en la primera planta del edificio, junto a los miembros de su «Cofradía».
Otto me conocía bien y, yo ya graduado de economista y profesor de la UASD me dirigía junto a mi esposa hacia la vivienda de Minetta Roques, tía de mi esposa, que en entonces era Cristina Roques, prima de Fidelio Despradel y de su hermano Carlos, economista igual que yo. La avenida Bolívar en ese entonces era de doble vía y yo traté de adelantarme a Otto que manejaba en la misma dirección.
Pero en vez de permitir mi adelanto, aceleró para impedirlo y obstaculizó mi recolocación detrás de él a tal grado que tuve que hacer una maniobra espectacular para evitar chocar de frente con un vehículo en vía contraria.
Cuando llegamos a la esquina Bolívar con Máximo Gómez le hice reclamo de su conducta asesina y doble hacia la derecha en la avenida Máximo Gómez, pero Otto se me adelantó y atravesó su vehículo ante el mío justo frente a la vivienda del entonces presidente Joaquín Balaguer, sacó un fusil y apuntó hacia mí.
No tuve más remedio que salir del carro, levantar las manos y vocearle con voz bastante sonora, comno para que se escuchara lejos: “Mátame” si eso es lo que quieres. Pero la suerte estaba de mi lado ese día a pesar de todo. Un oficial que estaba de guardián en la casa del Presidente resultó ser una persona no calmada y tuvo la valentía de calmar primero al loco Otto que estaba presto a cometer una masacre.
El custodio de la residencia de Balaguer al ver que yo estaba acompañado de dos niños y mi esposa, en el momento propicio me hizo señas de que podía regresar a mi carro y cuando lo creyó oportuno me autorizó a marcharme, arranque y luego de recorrer varios metros miré a mi esposa y noté que aún no se sobreponía del susto.
Radhamés Trujillo fue asesinado por asfixia y torturas por el cartel de Cali en disputa con el de los hermanos Rodríguez Orejuela, así que me puedo sentir contento de ser superviviente de seres de la naturaleza de los mencionados aquí.
