Se ha planteado que la reforma de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD) debe ser histórica, debido a que tiene que ser amplia, democrática, revolucionaria, innovadora, transformadora e integradora de todos los sectores que hacen vida en la academia y en la sociedad dominicana.
Sin embargo, a juzgar por la conformación de la Comisión de Reformas seleccionada por el Consejo Universitario, la visión de las autoridades no busca integrar a todos los sectores en el proceso de reformas que la academia demanda con urgencia para su eficientización y transformación. Esto así para poder impartir «las carreras del futuro».
La comisión original presentada a los uasdianos para dirigir el proceso de reformas y transformaciones de la UASD es reduccionista, excluyente, sectaria, pobre y miope, pues sólo la componen siete funcionarios, todos hombres. No cuenta con representantes de las mujeres académicas y funcionarias, de los estudiantes, de los profesores y de los empleados.
Como se pudo observar en el acto realizado en el Salón Manuel del Cabral, de la Biblioteca Pedro Mir, en la comisión presentada y juramentada por el rector Editrudis Beltrán, no hay representantes de todos los sectores que integran el Consejo Universitario.
Pero, peor aún, en la integración de la comisión no fueron tomados en cuenta los miembros de las facultades de Ciencias, Medicina e Ingeniería, que son las unidades académicas donde deben producirse las más profundas e innovadoras transformaciones, ya que a ellas pertenece la mayoría de las carreras consideradas del futuro.
Es a esas facultades que pertenecen carreras como: Ingeniería Ambiental, Desarrollo de Software, Ingeniería Robótica, Especialista en Ciberseguridad, Marketing Digital, Inteligencia Artificial o Ciencia de los Datos, Ingeniería Genética, Ingeniería Biomédica y Biotecnología, entre otras. Pero, Además, carreras tradicionales como arquitectura, ingeniería, medicina, enfermería y psicología, requieren de profundas modificaciones en sus programas de estudios y de urgentes actualizaciones tecnológicas.
También el «Plan Institucional para la Reforma y Transformación Universitaria (2023-2026)», es un breve documento donde no se indican qué reformas se deben hacer al Estatuto Orgánico y a los reglamentos. Es un documento con algunos enunciados sobre las reformas y transformaciones de la UASD y nada más.
El documento tampoco indica cuáles son las reformas estructurales a que será sometida la Primada de América, no habla del urgente rediseño curricular requerido en muchas áreas tradicionales, de las tecnologías a usar en las nuevas carreras a impartir y del personal a contratar para acompañar a los uasdianos en el proceso para implementar las nuevas carreras o las carreras del futuro.
El «Plan Institucional para la Reforma Universitaria», sólo establece en la parte quinta (5) que el proceso cuenta de tres «Ejes Estratégicos». Estos son: “Reforma Integral del Estatuto Orgánico, Elaboración y Actualización de los Reglamentos Universitarios y Calidad en la Innovación de los Procesos y Mejora de sus Productos».
Como se puede observar, no hay propuestas concretas sobre las estructuras a reformar y los cambios que deben ser aprobados. Tampoco se hace referencia a la necesidad de modificar el corrompido sistema de elección de las autoridades universitarias. Buena suerte y vueltas al globo, porque hay que ver qué sale del globo.
