Finalmente, el jueves 27 de octubre de 2022, se puso fin a 22 años de lucha por lograr la entrega del apartamento adquirido por este servidor, originalmente para beneficiar a mis padres, Luis María Polanco e Irene Dolores Peralta de Polanco, junto a mi abuela, Carolina Mercedes Peralta, quien residía junto a ellos, en una casa alquilada.
Como complemento a la culminación de ese proceso que pone en nuestro poder el apartamento, ubicado en Invivienda Santo Domingo, este lunes, 31 de octubre, firmamos, en la sede del Ministerio de Viviendas y Edificaciones, el documento que formaliza la entrega.
Con esa decisión, el Ministerio de Viviendas y Edificaciones da cumplimiento a la sentencia TC-028-18, del Tribunal Constitucional, la cual se produjo en noviembre de 2018 y desde entonces venía siendo desacatada por las pasadas y las actuales autoridades oficiales.
Gracias a Dios, se puso fin a una larga espera, pues ya mi familia y yo habitamos el apartamento 1-D, edifico 18 de la manzana 4698, el cual me fue entregado hecho una ruina y con filtraciones en las 3 habitaciones, la cocina y el pasillo. Ya se resolvió casi todo, nos queda pendiente ver cómo logramos que deje de caer agua del techo en las tres habitaciones, la cocina y el pasillo, pero estamos en eso.
Ese apartamento nos fue asignado, en abril de 1983, por el entonces director del INVI, Pedro Bonilla Mejía, ya fallecido, a través del desaparecido Sindicato Nacional de Periodistas Profesionales (SNPP) y, como cosa del destino, correspondió a su hijo, el actual ministro de Viviendas y Edificaciones, Sánchez, 39 años después hacernos entrega de nuestra casa, deteriorada y con filtraciones a granel, pero nuestro hogar.
El título de ese apartamento lo recibimos en julio de 1986, casi en la despedida del gobierno del entonces presidente Salvador Jorge Blanco, también fallecido, pero su terminación se produjo en julio de 2000, en el gobierno del ex presidente Leonel Fernández.
Para nuestra sorpresa, José Rivas García, entonces funcionario del INVI, en franca prevaricación, se apropió del mismo y luego lo vendió, por lo que durante 22 años luchamos, en una larga odisea legal, que culminó con la sentencia del Tribunal Constitucional que ordena la entrega de nuestro apartamento.
Mi esposa, Aida Mercedes Fernández de Polanco y yo, queremos agradecer al único funcionario oficial que se puso de nuestro lado, el colega y amigo Daniel García Archibald, quien hizo posible que se cumpliera el mandato del artículo 51 de la Constitución, que dispone que el Estado garantice a los propietarios titulados el disfrute de sus bienes, garantía que, en nuestro caso fue vulnerada por muchos años.
Aspiramos a que el Ministerio de Viviendas y Edificaciones nos retorne el dinero invertido en rehabilitar el apartamento para poderlo ocupar y que recuerde está pendiente liquidar el astreinte fijado por la sentencia TC-0428-18, que ordenó, hace 4 años entregarnos lo que es nuestro.
Periodista y politólogo
