Las economías centralmente planificadas se encontraron con la dificultad de tener que cada elemento de la producción de bienes y servicios estaba en control de la clase trabajadora, tanto en cantidad como en calidad.
Trotsky planteó en los años de la revolución bolchevique, en 1917, que el socialismo, para que fuera efectivo debía implantarse en todas las naciones. Lenin, ganó la disputa al sostener que era posible el socialismo en un solo país. Al morir Lenin en 1924, la dirección de la nación quedó en manos del dictador Stalin quién le dio el rostro más característico de la URSS.
No fue el proletariado el que gobernó la nación, sino un dictador implacable, que fue capaz de ordenar el asesinato de Trotsky que se había tenido que refugiar en México en 1940
A lo largo de la historia desde 1924 en adelante el socialismo se impuso en parte de los alrededores de Rusia y cuando las condiciones cambiaron a partir del inicio de la segunda Guerra Mundial que polarizó el mundo entre Alemania, Italia y Japón de un lado y el resto de Europa y Los Estados Unidos por la otra, se crearon las condiciones para que la URSS derrotara a Hitler en la invasión que este había ordenado contra Rusia.
Esto facilitó a Stalin que se cobrara aparte de la derrota infligida a Hitler en su propio terreno la ampliación de sus dominios. Se impuso en Hungría, Rumania, el Este de Alemania, Moldavia, Lituania, Estonia, en adición a lo que en 1922 se había expandido hasta Ucrania, Bielorusia, Georgia, Azerbaiyan y Armenia Turkmenistan, Kazajistan, Uzbekistan.
¿Tania razor Trotsky?
Veremos…
