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jueves, mayo 2, 2024

El polvo de Sahara

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En la vida no hay nada absolutamente bueno ni absolutamente malo. Por un lado, las partículas de roca triturada que vuelan del desierto como el polvo de Sara, perdón, del Sahara, contiene ciertos elementos químicos como el fósforo y el nitrógeno que benefician la tierra.

También al mar, porque lo aprovecha el fitoplancton. Crecen algas que produce oxígeno. Además, las partículas de polvo pueden tener efectos beneficiosos en la difusión de la luz solar.

Por otro lado, se han señalado las complicaciones respiratorias, especialmente entre los asmáticos, que puede causar el polvo sahariano.

Quiero aprovechar la ocasión para referirme a las investigaciones que he hecho sobre el origen del desierto de Sahara.

Hoy tiene una extensión de 9200 kilómetros cuadrados, es decir un poco inferior a China que tiene 9,597.

Hace 9000 años antes de nuestra era, al desaparecer la última gran glaciación, o sea, que la tierra ha tenido períodos de cobertura de hielo muy extensas. Esta que llegó hasta lo que hoy es España empezó a desaparecer hace unos 12,000 años y eso creó condiciones de humedad en África que permitió el crecimiento de plantas y animales tales como elefantes, leones, rinocerontes, hipopótamos.

Los paleontólogos dan testimonio de los huesos encontrados en el desierto y la datación de los mismos, es decir sus fechas de vida.

Pero hacia los 5000 antes de nuestra era comenzó la desertificación de ese espacio.

¿Por qué ocurrió eso? Por la caza y el derrumbe de árboles para hacer fuego.

Eso fue lo que causó que los homos sapiens empezaran a buscar nuevos espacios y lo encontraron hacia el norte, cruzando por donde está ahora el canal de Suez que se construyó en 1859. Antes de eso los continentes africano y Eurasia estaban unidos.

En mis artículos anteriores he querido llamar la atención sobre la desertificación de Haití que tiene las mismas raíces de sobre pastoreo causado por los humanos.

La emigración hacia República Dominicana, que es la más fácil de todas las posibles, tiene exactamente las mismas causas de la aparición del desierto de Sahara solo que en lugares y tiempos distintos.

No sería que en los antepasados africanos cuyos descendientes fueron llevados a la fuerza a Haití, ya estaba sembrado el germen de su conducta presente.

Ahora bien, si sabemos la causa de un fenómeno y sus consecuencias, nosotros que somos perjudicados por la desertificación de esta parte de nuestra isla, me parece que somos los más interesados en que se limite a Etiopía, un país con similares niveles de desarrollo económico que Haití y que ya ha comenzado a sembrar 700 millones de árboles.

 

En 1er. lugar son los haitianos, los dueños de su destino y los organismos internacionales dominados por los países desarrollados los más interesados en actuar allí.  Desde luego, nosotros también estamos obligados a poner el hombro.

 

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