25.2 C
Santo Domingo
viernes, mayo 10, 2024

El dilema de estos tiempos: la generación del S. XX vs la del S. XXI.

Las más leídas

Es evidente, aunque algunos no lo entendamos, sobre todo los del S.XX, que con el advenimiento del S. XXI, todo cambio, y digo absolutamente todo. En especial en la manera de como entendemos la vida en sentido general, entre una generación y otra.

No entraré en la clasificación de la generación X, generación Z, generación Y, o lo que es lo mismo, millennials y la generación Baby Boomer, etc.  Ninguna tiene una fundamentación científica, desde el punto de la investigación experimental y tampoco de las cuasiexperimentales, en las cuales me forme.

Caen en explicaciones empíricas, arribando al Esoterismo. Un Brujo de San Juan, sería más convincente para explicarlo.

Lo cierto es, que en la transición del S. XX al S. XXI todo cambio en estas dos generaciones. Qué cambio. Recurriré a la neurociencia, en la que, si creo, para explicarlo y cuáles han sido las consecuencias y qué nos espera, para evitar sorpresas, y tal vez, sepamos, como abordar este dilema y las confrontaciones innecesarias, derivadas de dicho dilema entre generaciones.

Veamos el tema y el dilema:

La evolución del S. XX lo podemos analizar desde el punto de vista del desarrollo económico, político, tecnológico, etc., aunque la evolución, la analizaré como fenómeno socio-cultural y cognitivo, apegado a la neurociencia cognitiva. Aunque no dejo de reconocer que los fenómenos o factores y variables económicas, políticas y tecnológicas determinan parte importante y determinantes de nuestra conducta, el comportamiento y por consiguiente nuestra estructura neurocognitiva.

Desde la perspectiva, que puntualicé y que intento analizar, en la diferencia del S. XX y el S. XXI, ¿qué fue lo que cambio?

Con la finalización del S.XX, se derrumbó la ideología y sus fundamentos, las convicciones y dogmas religiosos, el modelo de familia, sobre todo el concepto de familia nuclear, es decir, padre, madre e hijos. Hoy la familia puede ser cualquier cosa.

Debemos reconocer, que la ideología de género ha sido y sigue siendo efectiva para convencer a la generación del siglo XXI, que es así. En otras palabras, la generación del S. XXI, se ha quedado sin paradigmas y fundamentos ideológicos, religiosos, familiares y de convivencia social, tal como si lo vivimos los del S. XX. Estos últimos estamos en una lucha constante de preservar el pasado, sin querer reconocer que esos modelos y enfoque pasaron y no persistirán.

La generación del S.XXI, no cuenta, ni contara con la plataforma que le dieron sostén y significado a la vida de la generación del S. XX. La generación del S. XXI tiene otros códigos que guían su conducta, que en esta fase de transición de un siglo a otro; a ellos, los que nacieron en el S.XXI, porque desde mi perspectiva, estos primeros 22 años son de transacción, se han quedado sin referente que configuren la interioridad e identidad de su Ser. Su configuración es etérea, guiada por los accesorios, la inmediatez, la superficialidad y con muy poca profundidad para asumirse como personas, responsable de sí, conscientes de sus derechos, deberes y con sentido de preservación del legado dejado por la generación del S. XX.

La conformación neurocognitiva, y, por consiguiente, la forma de entender la vida, de la generación del S. XXI se ha estructurado, sin los referentes paradigmático de la generación del S. XX, porque los referentes que le dieron sostén a esta generación se empezaron a deteriorar y diluir en el último cuarto del S. XX. Esto significa que los fundamentos ideológicos, religiosos, familiares y sociales de la generación del S. XX ya vinieron perdiendo firmeza y desasiéndose las convicciones. Por consiguiente, la generación del S. XXI no tuvo modelo de comportamiento vivenciales, que fueran ejemplares y de atracción emocional de parte de la generación del XX. Es decir, el propio desvanecimiento de las convicciones ideológicas, religiosas, familiares y sociales experimentada por la generación del S. XX, que se deterioraron a finales del propio S. XX, encontró a la generación del S. XXI sin nada ejemplar que imitar y por consiguiente modelar.

La generación del S. XXI se quedó sin referentes del pasado a valorar, apreciar e imitar. Esta generación a creado su propia forma de actuación, pero sustentada y condicionada por su entorno, que, desde mi perspectiva, está sustentado en la valoración de lo superficial, la inmediatez de bienestar material, con un vocabulario limitado, insuficiente para la reflexión y profundización del significado y esencia de la vida, que si le fue dado a la generación del S. XX por los pensadores de otros siglos, pero que la generación del S.XX no fue capaz de sustentar, preservar y trasmitir a la generación del S. XXI, dejándolos en el limbo existencial. Ahí parte del dilema de la generación del S.XX y la generación del S. XXI.

La crisis existencial de la generación del S. XXI se amplifica y extiende, porque esta generación a coincidido con la fuerza expansiva de la era y avance brutal de la tecnología de la información y la comunicación, que ha permitido una cobertura y expansión, en tiempo real, de la banalidad y superficialidad de esta generación.

No soy pesimista con la generación del S. XXI, entiendo, desde mi perspectiva, su aparente fracaso, porque le ha tocado vivir la inestabilidad de la transición del S. XX al S. XXI. A ellos, y a quienes les sucederán les tocara encontrar un nuevo significado a su vida y a la vida, porque soy de los que creen que hay un propósito de vida, con la vida, que va más allá de nuestro propio egocentrismo.

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí

Lo último