La sociedad ha salido en apoyo a la Junta Central Electoral, que a través de un comunicado público que llamó de “Admonición”, pide a los partidos detener la campaña electoral a destiempo que llevan a cabo, perturbando la paz pública pese a que la ley se lo prohíbe en la actual etapa.
La Ley Electoral es clara en prohibir mítines, marchas,caravanas, vallas, afiches , pancartas, promoción de los aspirantes a cargos de elección popular a través de medios de comunicación como la radio y televisión, hasta tanto se emita la proclama.
Aunque los partidos protesten y argumenten mil y una razones contra la decisión de la JCE, que otorgó un plazo de quince días para que retiren la propaganda de la vía pública y ponerse a tono con lo que establece la ley.
La JCE no debe dar marcha atrás y actuar basada en lo que dice la ley. Los partidos que objetan su decisión aprobaron en el Congreso Nacional la Ley Electoral, pero hoy no les importa sumergir al país en un carnaval electorero, en un caos en el que solo primen sus intereses.
Los partidos deben entender que el tiempo de campaña electoral abierta aún no ha llegado y que tendrán la oportunidad de hacer campaña cuando ello ocurra. La Ley Electoral es muy clara en lo que deben hacer los partidos antes de que se emita la proclama autorizando la campaña.
La Junta Central Electoral, que cuenta con el apoyo de la población, no debe dar un paso atrás en su decisión de llamar al orden a los partidos que hoy lucen fuera de control con el adelanto de la campaña electoral.
Desde ya se puede observar el venidero proceso electoral será muy disputado, muy competitivo, por lo que temprano hay que poner el orden, para lo cual se requiere un árbitro fuerte.
Si no se pone el orden temprano, la Junta Central Electoral no tendrá legitimidad para llamar la atención a los partidos cuando se salgan de sus cauces y más en un ambiente en que a los dirigentes políticos no les gusta competir en la buena lid.
