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viernes, mayo 17, 2024

Nos mantenemos en los altos precios de las comidas

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Hemos abordado este tema de los altos precios de las comidas, producto del agio, la insensibilidad y la falta de escrúpulos de empresarios e intermediarios. Repetimos que el ambiente del mercadeo de productos alimenticios se mantiene enrarecido, ante la falta de autoridad que imponga el mejor criterio en favor de la colectividad.

Y hablamos de un instrumento idóneo que existe hace muchísimos años para salir de frente a la injusticia de los precios desequilibrados de las comidas.

Pero todo sigue igual. Los precios suben y suben. Autoridades, con aparente poca experiencia en el asunto, dicen y reiteran que están trabajando en sus funciones. Se hacen fotografiar y piden se les tome notas a sus declaraciones, más explicativas que informativas, y en ningún grado justificativas.

 

Mientras, un plátano que en finca cuesta ocho o diez pesos, cuando más, le llega al consumidor barrial hambriento y sin dinero, a no menos de treinta, treinta y cinco, y hasta cuarenta pesos. Insólito. ¿Verdad?

 

El Ministerio de Agricultura, residencia de una diversidad de departamentos y personal a quienes se paga para que pongan atención al asunto, sólo aparece en labor exhibicionista en los medios de comunicación social. Dicen que hacen, viran y tornan. Lo mismo que ese instituto por excelencia, dotado de recursos materiales y de ley, está ahí, enchalinado y perfumado en su escritorio. ¿Y los mercados populares? ¿Y las flotillas de mercados móviles hacia los barrios, dónde están que se les vez, apenas, en la publicidad?

El Banco Agrícola, con fondos anunciados en suficiencia, ¿cuántos miles de pesos ha soltado a intereses cero, para el productor pequeño, el de los conucos y parcelas?

Con los estómagos vacíos de las gentes no se juega.

Y no es que seamos exigentes en demasía con las nuevas autoridades. Es que llegó el tiempo de agotar los chances de inicio. Las comidas y sus precios, igual que otros artículos prioritarios, no bajan con buena voluntad, sino con decisiones firmes.

La población espera con ansias y buena voluntad para respaldar todo lo que las autoridades hagan en la dirección de hacer que los bienes de consumo lleguen con precios asequibles.

Retorcer el brazo a los intermediarios y empresarios agiotistas es más que una meta. Estamos en manos del Ministerio de Agricultura, Inespre, Banco Agrícola, y demás.  Hagámoslo.

 

Volveremos sobre el tema, sin descuidos.

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