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domingo, mayo 5, 2024

Dos matriascas que superan los pronósticos de la longevidad

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En los Estados Unidos, la esperanza de vida bajó a 76.4 años, la más baja en los últimos 20 años según reporte de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en ingles).

El promedio de vida en el mundo es de 73.4 al nacer según las Naciones Unidas. Y se espera que para mediados de este siglo la longevidad promedio supere los 77 años de acuerdo a proyecciones de este organismo.

Superar los 100 años de vida en pleno siglo 21 es romper todos los pronósticos de supervivencia y longevidad, un milagro que muy pocos seres humanos pueden lograr hoy en día. Una bendición de Dios.

El pasado 7 de agosto tuvimos la oportunidad de festejar, algunos en presencia y otros a distancia, los 108 años de vida de Ana Josefa Gómez Pérez, cariñosamente Tía Fefa o Güela Fefa, quien fuera hija de Mauricia Pérez Fernández y Gerónimo Gómez (Gerón).

La herencia genética de Tía Fefa la adquirió de nuestro abuelo Gerón, quien nació en Jima Abajo, La Vega en 1888 y murió en 1989 a los 101 años, de acuerdo a la edad que él afirmaba tenía cuando se le preguntaba en vida debido a que su cédula de identidad en la fecha de nacimiento solo decía “mayor de edad”.

La madre de Gerón, doña Jesusita Gómez, murió a los 110 años.

Tía Fefa, de gran vocación cristiana, nació en la Vega el 7 de agosto de 1915. Reside en San Juan, Puerto Rico bajo el cuidado de uno de sus hijos, Frank Gómez y su esposa Hilda Taveras.

Además de Frank, le sobrevive su otro hijo Diego Gómez quien reside en Miami, Florida junto a su esposa Mireya Estrella, así como su hermana Felicia Gómez, quien “le pisa los talones” en celebración de fecha natalicia.

Tía Felicia tiene 100 años cumplidos. Nació el 25 de agosto de 1922 y vive en Santo Domingo bajo el cuidado de sus hijas Johanna “Juanita” y Nurys Gómez Portorreal quienes junto a los nietos ya comenzaron a preparar su fiesta de cumpleaños número 101 bajo la coordinación de su hijo Héctor Gómez quien vive en Nueva York.

Durante todo el devenir de sus vidas, ha tenido la oportunidad de conocer las actividades de 21 presidentes dominicanos, la dictadura de Rafael Leónidas Trujillo Molina que fue de 31 años, dos invasiones norteamericanas 1916 y 1965, dos ciclones: San Zenón en 1930 y David en 1979, y la reciente pandemia del Covid-19, que ha matado a millones de seres humanos desde 2019.

Al sobrepasar los 100 años, se nota en ambas matriarcas un cambio físico por la pérdida de masa muscular, de caminar más lento y dificultades audio visuales producto de sus avanzadas edades.

Aun así, se mantienen relativamente saludables gracias a una controlada dieta alimenticia rica en proteínas, vitaminas y minerales, ensaladas y frutas, oportunas caminatas como ejercicio y una permanente supervisión médica como parte del cuidado familiar.

Es cierto que tía Fefa y tía Felicia han vivido más tiempo de lo proyectado por los organismos de salud respecto a la calidad de vida y período de supervivencia para estos tiempos modernos, logrando unir como eslabones humanas varias generaciones familiares: hijos, nietos, biznietos y tataranietos, recibiendo de ellos los afectos de amor y respeto en cada visita que les realizan.

El gran deseo familiar es que Dios las mantengan con nosotros por mucho más tiempo por haber logrado enseñar a sus hijos y nietos con su amor maternal, los verdaderos valores morales, espirituales, las buenas costumbres y buenos modales indispensables para una mejor convivencia en la humanidad.

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