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lunes, mayo 13, 2024

Crímenes masivos en EE.UU. fuera de control

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Cada 30 días, alrededor de 3,300 personas mueren asesinadas en los Estados Unidos por causa de armas de fuego.

Son estadísticas dadas a conocer por el congresista estadounidense de origen dominicano Adriano Espaillat.

La cifra parece escandalosa, pero otras instancias ofrecen estadísticas sobre el tema que, sencillamente, sobrepasan la que ofrece el congresista.

De acuerdo a Espaillat, representante del Distrito 13 en Nueva York, más de 110 personas mueren cada día por armas de fuego en todos los EE.UU., y miles resultan heridas y son atendidas en hospitales y centros de emergencia por esta causa.

Todo indica que los datos que él aporta se quedan cortos, si la comparamos con la información servida por la Agencia Francesa de Prensa (AFP) del pasado 25 de mayo refiere lo siguiente: “Más de 17 mil muertos en 2022, incluidos casi 650 menores: el número de víctimas de la violencia armada en Estados Unidos es aterrador, según el recuento de organizaciones que hacen campaña por un mayor control de la venta de armas a particulares”.

Si dividimos esos 17 mil entre los primeros 5 meses de este año tenemos entonces 3,400 muertos por mes, cifra más exagerada que la servida por el congresista Espaillat.

Pero hay más. El cable de AFP, divulgado en la página web de swissinfo.ch, destaca que, en promedio 40,620 personas mueren cada año por armas de fuego en Estados Unidos, según la ONG Everytown For Gun Safety, o lo que es igual a 111 personas por día.

En lo que respecta al año 2020, y según datos de la Oficina Federal de Investigaciones (FBI, por sus siglas en ingles) el número de asesinatos en EE.UU. creció cerca de un 30% con respecto al 2021, hasta unos 21,500.

En 2020 se registraron 6,5 homicidios por cada 100 mil personas, mientras que en 2019 la tasa fue de 5 por cada 100 mil. Esos datos aparecen en una publicación de BBC Mundo News, que tiene que ver con el histórico aumento de los homicidios en la Unión Americana, divulgado el 27 de septiembre de 2021.

Las reacciones del presidente Joe Biden ante los múltiples asesinatos ocurridos durante su administración se quedan en lamentaciones, solicitud de oraciones y solidaridad con las familias afectadas que han perdido a seres queridos, sin acciones contundentes para evitar que esos hechos criminales se sigan produciendo.

Sin embargo, su administración fue muy diligente en disponer el envío de $40,000 millones de dólares al gobierno de Ucrania para que enfrente la invasión rusa. Así las cosas, mientras escuelas, sistemas de transporte subterráneo, hospitales y otros lugares de concentración masiva de personas carecen de máquinas de detección de armas para evitar masacres como las de Texas, Nueva York, Oklahoma, Florida, entre otros estados.

Solo en Las Vegas, Stephen Paddock, un tirador solitario desde la ventana de su habitación del hotel Mandalay Bay donde se hospedaba, mató a 59 personas e hirió a más de 850 mientras participaban en un festival de música al aire libre, en 2007.

Hasta el momento, y de acuerdo con reportes encontrados, el número de escuelas y universidades atacadas por pistoleros en los EE.UU. sobrepasa las 246, entre 1998 y 2022.

Si bien es cierto que la segunda enmienda de la Constitución de EE.UU. establece el derecho de los estadounidenses a poseer armas de fuego, no menos cierto es que los intereses de ambos partidos, Demócrata y Republicano, impiden que se legisle para establecer mayores controles y reformas a la Ley de Armas, la cual tiene una poderosa organización que la defiende, la Asociación Nacional del Rifle.

Aun sin completar la dolorosa tarea de enterrar a los niños que fueron asesinados en la Robb Elementary School, en Uvalde, Texas, otro atacante, identificado como Michael Luis, de 40 años, entró al Saint Francis Hospital portando un rifle de asalto AR-15 y una pistola automática, matando un médico y otras tres personas en la ciudad de Tulsa, Oklahoma, el pasado 31 de mayo.

La ola de violencia con armas de fuego no la han podido detener las autoridades de Nueva York ni de otros estados de la Unión Americana, cuando ya suman 233 tiroteos en lo que va del año 2022.

El ataque perpetrado el pasado 24 de mayo, donde 19 niños y dos maestras perdieron la vida en Uvalde, se compara al ocurrido hace tres semanas en la ciudad de Buffalo, donde otro joven de 18 años mató a 10 personas con un rifle automático en un supermercado. El 14 de diciembre 2012 en la escuela Sandy Hook, en Newtown, Connecticut, otro atacante de 20 años mató a 20 niños y seis maestros.

En una maratónica sesión celebrada por la legislatura estatal de Nueva York el pasado jueves en Albany, los legisladores aprobaron de urgencia un anteproyecto de ley que incluye un paquete de medidas que regulan la compra o posesión de armas de fuego semiautomáticas a menores de 21 años.

Dicho anteproyecto que fue impulsado por la gobernadora estatal Kathy Hochul y legisladores demócratas, fue aprobado en el senado 43 a 20 y en la Asamblea 102 por 47.

La legislatura estatal de California intentó algo similar, pero la misma fue impugnada. Un panel de 3 jueces de la corte de apelaciones de EE.UU. la rechazó en una votación 2-1 considerándola inconstitucional.

Las leyes plasmadas en la Constitución de los EE.UU., no son tan fácilmente modificables o enmendadas como ocurre con frecuencia en otros países, y eso lo saben los políticos y congresistas norteamericanos.

 

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