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lunes, mayo 13, 2024

Melómano: Sandro: el artista que hacía suspirar y llorar de emoción a las muchachas de mi pueblo

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En los primeros años de mi infancia estuve rodeado de las canciones del Trío Matamoros, el emblemático grupo cubano preferido de mi padre, pero cuando me fui a vivir a Jarabacoa, el merengue típico copó mi vida, no por mi propia elección, sino de mis abuelos.

Hubo un tiempo en que Roberto Sánchez Ocampo, el argentino conocido como Sandro (1945-2010), pareció enloquecer a aquellos jóvenes que nos antecedían. Recuerdo cuando en 1969 llegó la película “La vida continua” al cine del pueblo, eso se convirtió en un verdadero toque de queda y fue necesario pautar varias presentaciones, porque la gente quería ver a su ídolo Sandro de América.

Vívidamente recuerdo haber visto llorar a una jovencita de emoción cuando Sandro apareció en la pantalla grande, con sus pantalones característicos, la camisa ajustada, labios gruesos que hacían temblar de forma provocadora y ese movimiento pélvico, que enloquecía a las jovencitas y también a las no tan jóvenes.

No recuerdo su nombre, pero no fue la única vez que vi llorar de emoción a escuchar las canciones de Sandro, que indefectiblemente colocaban en la emisora Radio Jarabacoa.

A Sandro lo apodaban El Gitano y ciertamente en una época fue “Sandro de América”, sobre todo, en aquella etapa de mi infancia, cuando correteaba por los campos de Pedregal, junto a mí siempre presente amigo-hermano Cristian Galán Durán.

Evidentemente, que Sandro fue un reflejo de aquella época, caracterizada por una actitud rebelde de la juventud, y es grato comprobar que los jóvenes de mi pueblo no fueron indiferentes, ajenos, a lo que estaba ocurriendo en Latinoamérica. No sólo en lo que implicaba la música, la moda y la rebeldía, sino en lo relativo su compromiso social y participación política.

Con justeza, Roberto Sánchez es considerado uno de los padres del rock argentino y los jóvenes de Pedregal fuimos participes de esa expresión musical.

La amplia producción discográfica de Sandro supera los 50 álbumes y podría afirmar que aquí en la República Dominicana todas sus canciones fueron éxitos rotundos. Su repertorio incluye: “Dame el fuego de tu amor”, “Rosa Rosa”, Quiero llenarme de ti”, “Penumbras”, “Porque te amo”, “Así”, “Trigal” y “Una muchacha y una guitarra”, que define a la juventud despreocupada y rebelde de la época.

Un dato interesante es que adoptó su seudónimo artístico de Sandro, porque sus padres querían anotarlo en al Registro Civil con ese nombre, pero los funcionarios no se lo permitieron, sabes Dios porqué pendejada. Total, hasta el gato de la casa lo llamaba Sandro.

La canción “Rosa Rosa” vendió dos millones de discos y “Tengo” fue incluida por la revista Rolling Stone y la cadena televisiva MTV en el número 15 entre los 100 mejores temas del rock argentino.

Sandro fue uno de los artistas afectados por lo que se denominó en Argentina “corralito”, que no fue más que la restricción de retiro de efectivo de los bancos a no más de US$250 USD semanales. Esta medida fue impuesta por el gobierno de Fernando de la Rúa, el 1 de diciembre de 2001 ante un pánico financiero y fue un golpe brutal para El Gitano, que hoy gratamente traigo a mi memoria.

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