En el mes de febrero la empresa de servicios de streaming Netflix mantiene en su programación una miniserie muy interesante extraída de un hecho real acontecido entre 2013 y 2017. Se trata de la producción Inventando a Anna.
La serie de nueve capítulos narra la vida de la chica inmigrante rusa alemana, Anna Sorokin, de apenas 25 años, que llega a Nueva York en busca del sueño americano, como ocurre con la mayoría de las personas que salen de sus países de origen en busca de mejor suerte.
El caso de Anna, sin embargo, es completamente diferente a los sueños de cualquier inmigrante común. La chica tenía un sueño, sí, pero de formar parte del círculo donde se mueve el dinero y la gente con poder económico en la gran urbe estadounidense.
Se introduce en ese mundo como una rica heredera alemana, a la espera de recibir un fideicomiso por 65 millones de euros de parte de su padre alemán.
Esa fue su primera y gran mentira para entrar al mundo de los millonarios y lograr sus sueños, que eran: crear un club privado de miembros adinerados y una fundación de arte bajo el nombre de Anna Delvey, apellido que adoptó por creer, era más elegante que Sorokin, y que por un “pelito” como decimos aquí, casi lo logra.
Con una inteligencia descomunal para armar sus propias mentiras, creerlas y hacerlas creíbles ante sus víctimas, Anna Sorokin estafó a importantes magnates y empresarios de Nueva York, pero también a importantes instituciones bancarias, hoteles y restaurantes de lujo, empresas, a personas, en fin…Anna fue el fin de los finales en embaucar, convencer y persuadir a las personas.
La trama se basa en la historia escrita por la periodista del New York Magazine, Jessica Pressler, quien en su libro cuenta la historia de ascenso de Anna hasta su estrepitosa caída.
Pero lo que más llama la atención de esta serie que narra la vida de esta joven, es el comportamiento que mantuvo durante el tiempo que se codeó en las altas esferas del poder económico, pero también cuando quedó al descubierto. Nunca se sintió derrotada.
Fue acusada de tentativa de hurto a varias instituciones bancarias (City National Bank y a Fortress), así como otros cargos que la llevaron a ser condenada en 2019 y a cumplir en prisión de 4 a 12 años. En febrero 11 de 2021, Anna salió de la cárcel.
Particularmente, quedé impactada con esta historia. Nunca había visto una persona acusada de estafar a gente con tanto poder económico en una ciudad como Nueva York, y continuar creyéndose ser la mega importante figura desde la cárcel, donde hasta la autoridad se le doblegó.
Pues Anna, mantuvo su garbo y buen gusto por las marcas más caras de ropas y accesorios hasta el último momento, y así se lo permitieron durante el juicio. Cada audiencia era más bien una especie de desfile de moda protagonizado por ella misma.
Las miradas apuntaban a su esbeltez, vestuario y peinado. Nada más importaba en ese escenario que no fuera ella. Era famosa y los ojos del mundo estaban puestos en su figura. Hasta la propia jueza se vio compelida a aceptar las condiciones de la acusada para comparecer en la sala; y de su abogado, ni hablar, pues aguantó insultos y malacrianzas de su defendida.
Para Sorokin lo más importante era salir con ese donaire, exhibirlo en las redes sociales, sobre todo en el Instagram, a través del cual mostraba su “poderío” y buen gusto por la moda ante la mirada de ese círculo que la “admiró” y rodeó siempre. Algo insólito y quizá poco visto en un tribunal.
En uno de los capítulos en los cuales la periodista Vivian Kent, interpretado por la actriz Anna Chlumsky, quiso saber más sobre la vida de Anna, con quien cosechó digamos que una “buena vinculación” durante sus entrevistas en la cárcel.
La abordó sobre su familia para descubrir de dónde o de quién ella había heredado esa habilidad para engañar y estafar a la gente, Anna, le habló, entre otras cosas y de manera muy sutil sobre sus lecturas de niña de la famosa novela Crimen y Castigo del laureado escritor ruso Dostoyevski. Era su favorita. No más que decir señor Juez, como diríamos aquí.
Bueno, en fin, no quiero seguir contando la historia de esta miniserie, porque lo que busco es que la vean y saquen sus propias conclusiones. Netflix pagó alrededor de 320 mil dólares a la Sorokin para que contara su historia. La cinta la protagoniza la estadounidense Julia Garner, quien hace una interpretación fuera de serie y digno de apreciar, junto a un grupo selecto de actores.
