Tuve la oportunidad de asistir y de presentar mi novela “Con el diablo en el cuerpo” en la V Feria del Libro Dominicano en Nueva York, celebrada a principio de octubre de 2011, en el Boricua College, localizado en la avenida Broadway y la calle 155, en el Alto Manhattan.
El buen amigo, el periodista y escritor Menoscal Reynoso, fue el encargado de presentar en aquel momento mi más reciente novela, inspirada en la vida de la cantante cubana Guadalupe Victoria Yolí Raymond, mejor conocida como La Lupe, La Yiyiyi.
Una excelente presentación la que hizo Menoscal, que le encantó, sobre todo, la descripción que hice de San Pedrito, el lugar donde nació la Lupe, lugar que francamente nunca he visitado, como tampoco Cuba.
A quienes cuestionan el hecho de que haya escrito una novela ambientada en Cuba sin nunca haber visitado ese país caribeño, suelo argumentarle que Ángel Agustín María Carlos Fausto Mariano Alfonso del Sagrado Corazón de Jesús Lara y Aguirre del Pino, para hacerlo más fácil el inolvidable Agustín Lara (1897-1970) compuso la excelente canción “Granada”, sin ir nunca a España.
Pero volviendo a la feria del libro, que para mí constituyó un fiasco, por el mal trato que me brindaron los organizadores del evento la noche inaugural y por el poco publico que asistió a la puesta en circulación de la novela, debo confesar que tuvo un momento, fundamentalmente, memorable.
Y debo aclarar que fue muy grato encontrarme con amigos como Darío Tejada, residente en Nueva York, líder del movimiento de la Meta-Poesía y quien fue mi compañero de trabajo en CICOM; la folklorista Xiomarita Pérez, muy vinculada a la madre de mis hijos, y con un señor que en la izquierda revolucionaria le decíamos El Negro Power.
La noche de la inauguración de la V Feria del Libro Dominicano en Nueva York fue memorable porque al escenario subió Aníbal de Peña, que quizás por la ingratitud de este país o por motivo propio reside en un pueblo de los Estados Unidos.
Como dato al margen, Aníbal de Peña es hermano del reconocido médico y dirigente político Washington de Peña, fallecido el 23 de octubre del 2004 de un paro cardíaco. Washington fue el primer secretario general del Partido Revolucionario Dominicano (PRD).
Aníbal, que en la actualidad tiene poco más de 89 años, es el autor del Himno de la Guerra de Abril de 1965 y creador de la música del himno del PRD.
Esa noche, que con su presencia se tornó deliciosa, pude comprobar que De Peña mantiene la misma dulzura, calidez y calidad de su voz.
Tal como reza el bolero “Recuérdame”, que popularizó la cantante cubana Blanca Rosa Gil (84 años), que “recordar es volver a vivir el tiempo que se fue”, esa noche maravillosa pudimos evocar canciones como “Mi debilidad”, “Tú no tienes la culpa” y “Egoísmo” en la voz nítida de Aníbal de Peña.
Aunque no tuve la dicha o nunca me dispuse a participar en las peñas que
coordinaba el querido intelectual Jimmy Sierra, ido a destiempo, quiero aprovechar la ocasión para unirme a una solicitud que se hiciera en ese espacio, que reunía a escritores, pintores, teatristas y periodistas.
Reiterar que el Congreso Nacional declare a Aníbal de Peña “Cantor de la Patria”, por los aportes significativos de este patriota dominicano que hoy forma parte de la diáspora.
Precisamente entre los periodistas que hicieron la petición figuraba el director de Reporteextra.com, Eli Heiliger, quien gentilmente le ha dado cabida a esta columna semanal, dedicada a exaltar al bolero.
Para el autor de esta columna, y para el pueblo dominicano, Aníbal de Peña es el “Cantor de la Patria”, el cantor del amor, el romance y la ternura. Un cantante obligado en las noches de bohemia de quien se considere, se precie, melómano, amante del bolero y la balada.
