El septiembre del año pasado la alta dirigencia del Partido Revolucionario Moderno (PRM), encabezado por su presidente José Ignacio Paliza, Carolina Mejía, Deligne Ascención aplicaron la llamada «sustitución» de varios dirigentes fundadores de larga data de esa organización política en una plenaria donde la mayoría aprobaron la moción (Eddy Olivares y Milagros Ortiz Bosch) se abstuvieron.
En aquella decisión perecieron o fueron echados de la dirección ejecutiva del partido Rafael (Fafa) Taveras, Guido Gómez Mazara, Ramón Alburquerque, Tony Raful entre otros.
La decisión trajo consigo grandes críticas al escenario político nacional. Sírvase este introito para lo que viene ahora.
Nadie, ningún promotor político en su sano juicio puede pensar que después de esos «ramalazos en la costilla» iba a perdurar de forma lineal el afecto y cariño de siempre, tomando en cuenta lo desafortunadamente antidemocrático de la «sustitución».
A la dirección del partido fueron llevados entre aplausos a Ito Bisonó y Roberto Ángel Salcedo.
Ramón Alburquerque calificó el hecho de «dictatorial y cúpula oligárquica que reparten el poder al margen del ideario peñagomista».
Los trazos
La alianza entre PLD, PRD y FP sorprendió al partido oficialista que se encontraba en visible calma. Con el sustrato corrupción como bandera y un Ministerio Público independiente, al parecer el país no necesita nada más, una idea muy equivocada.
Con estas tres fuerzas políticas unidas (con debilidades y desconfianza confusiones de todo tipo por las diferentes demarcaciones) siembra indefiniciones entre sus aspirantes a puestos electivos.
En cambio el PRM se encuentra diseñando estratégica para devolver el golpe y se han puesto sobre la mesa o ventilado nombres para candidaturas puntuales donde el partido de gobierno quiere seguir comandando, entre estas la senaduria del Distrito Nacional. Hacen varias semanas que surgió el nombre del presidente del partido Alianza País, Guillermo Moreno como quien en una alianza con el PRM representaría la boleta esa plaza.
En vista de estos rumores y tomando en que para los puestos de senadores y diputados no es necesario proceso de convenciones internas la actual senadora y vicepresidenta del Senado, Faride Raful, ofreció una conferencia de prensa en el mismísimo Senado de la República acompañado de su padre y su equipo político y declaró que «el triunfo en la capital lleva el nombre de Faride Raful».
Raful mencionó el nombre del presidente de la República por lo menos cinco veces en cinco minutos y resaltó que lo ha hecho bien, tanto su gestión con el partido que representa a través de su presidente Luis Abinader.
Recuerdan que sustituyeron a Tony Raful en la dirección del PRM, hay espinita gravadas en el alma; pues allí estaba, apoyando a su hija Faride. Aunque el extraordinario poeta no opinó para la prensa su presencia bastó para quienes seguen de cerca los diferentes sismas que en términos políticos han surgido en la vida política nacional dominicana.
Por lo menos había una docena de dirigentes detrás de la silla de la senadora Raful. Tenían rostros de preocupación.
Los rostros más conocidos y francamente disidentes a la repostulación del presidente Luis Abinader son; Guido Gómez Mazara y Ramón Alburquerque, quienes buscarán la nominación precandidato presidencial del PRM para las elecciones del 2024; el primero tiene un discurso gregario para atraer las bases del partido evocando el peñagomismo y el segundo más o menos similar; pero con la diferencia de que Alburquerque ha sido senador por la provincia Monte Plata en por lo menos cuatro ocasiones y presidente del Senado y sufrieron por igual el «ramalazo de la sustitución traicionera».
El autor es periodista y artista plástico.
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