BRONX, Nueva York.- Acompañados de sus hijos, nietos, hermanos, familiares y amigos cercanos, los esposos don Luis Jiménez y Urbes Terrero Cuesta de Jiménez, doña “Yeya”, celebraron ayer sus 60 años de feliz unión matrimonial.
Jiménez, de 91 años, como periodista profesional en su país natal, República Dominicana, fue corresponsal del periódico El Caribe y fundador del periódico Maguana, de San Juan de la Maguana.
Ha sido galardonado en varias oportunidades por su labor de comunicador social en Santo Domingo y los Estados Unidos. Aunque ya retirado, es miembro del Colegio Dominicano de Periodistas de Nueva York (CDP-NY).
En un breve resumen de lo que han sido sus 60 años de casados, doña Yeya, dice que el logro principal de esa unión se debe a que en ellos ha reinado siempre la paciencia, la tolerancia y el respeto.
“Tuvimos una relación muy activa desde el principio visitando todos los lugares turísticos especialmente de nuestro país y aquí en los Estados Unidos”, dijo Cuesta de Jiménez.
Reseñó que una de las felicidades más intensas fue cuando uno de sus hijos Luis Gabriel Jiménez Terrero se graduó de médico cirujano en República Dominicana.
Indicó que tuvieron muchos momentos difíciles dentro de la época matrimonial, pero que siempre salieron adelante por sus disposiciones de no claudicar ante los problemas económicos o familiares surgidos en esas seis décadas.
Recalcó que su esposo fue un hombre muy proveedor en sus mejores momentos de producción económica cubriendo siempre todas las necesidades y compromisos del hogar.
“Hubo su momento de tirar la toalla, como siempre sucede en toda relación de pareja pero en mi, nunca se pronunció la palabra divorcio, siempre encontrábamos la solución satisfactoria para ambos”, comentó doña Yeya.
Cuando a don Luis le tocó la oportunidad de reseñar algo sobre su pareja, dijo con mucha firmeza dijo que el rostro de Yeya era virgen, aclarando que “es virgen porque nunca la maltrató, ni levantó las manos para pegarle como ha visto en otros matrimonios donde existe el irrespeto con violencia domestica”.
“Eso sí, -recordó- al principio de nuestra relación me molestaba escuchar de algunos familiares cuando le decían que si ella pretendía casarse con ese negrito tan feo”, relato que provocó risas entre todos los asistentes.
“Siempre la he tratado con respeto como mujer, lealtad incondicional y amor manifestado con palabras y hechos durante todo este tiempo”, dijo Jiménez.
Agregando de inmediato: “que quede claro…, nunca le fui infiel, ni le di motivo de celos”, motivando con esas palabras que los aplausos y vítores resonaran en todo el apartamento.
El doctor Milagros de Jesús Terrero Cuesta, reputado cardiólogo de República Dominicana y hermano de doña Yeya, pidió la palabra para testimoniar sobre lo que ha sido la unión matrimonial de su hermana con su cuñado.
El veterano cirujano cardiovascular y catedrático universitario señaló que cuando Luis llegó a la casa paterna en un pueblo de Enriquillo interesado en iniciar una relación de noviazgo con su hermana, en muy breve tiempo lo acogieron como un miembro más de la familia por la buena conducta y comportamiento mostrado desde el inicio.
“Luis venía de una familia bien formada, estructurada, de muchos principios morales y cristiana, en la que prevalecía el respeto y la lealtad de la pareja y todo ello resultó muy ventajoso para que Luis lograra unir ambas familias”, expresó el galeno dominicano.
Otras de las hermanas, Maritza y Bety Encarnacion Cuesta, elogiaron igualmente sobre la honradez, honestidad y solidaridad de Luis Jiménez, asegurando que fue un eslabón para unificar a ambas familia.
Doña Yeya y don Luis procrearon varios hijos: Alejandro, Luis, Isaac, Arturo y Elizabeth quienes a la vez le han brindado la oportunidad de disfrutar un total de 13 nietos y dos biznietos.
