Si como reza la expresión popular “en la cama y la cárcel es donde se conocen los amigos”, la colaboración de China para vacunar la población dominicana ha abierto la interrogante de cuál será la posición del Gobierno nacional frente al gigante asiático.
Esta pregunta surge al traerse a colación la reiterada advertencia del presidente Luis Abinader, en el sentido de que China estaba vedada para invertir en áreas consideradas por el Gobierno como “estratégicas”, sin que se tenga certeza de si va a ser mantenida o modificada.
La solidaridad que se espera de un asociado político en el marco de las naciones conlleva la asistencia en momento de calamidad y la pandemia del coronavirus causada por el covid-19, es el mejor ejemplo.
Abinader alegó que esas áreas son de “seguridad” y que el “mejor interés” del Gobierno es tener una “alianza estratégica” al lado de Estados Unidos.
Pero paradoja de la política, ante la angustia de ver el registro de infectados y fallecidos cada vez en aumento y necesitar con urgencia la llegada de las vacunas contratadas y pagadas previamente, el amigo privilegiado le negó la ayuda estando en cama casi de muerte.
Cabe decir que el presidente Abinader pidió a su homólogo estadounidense, Joe Biden, a través de un mensaje de Twitter en el que lo exhortó a facilitar la distribución a la vacuna a terceros países “con urgencia”, a los países en desarrollo y aliados”.
“Presidente Joe Biden, países de menor desarrollo y aliados tradicionales de los EE. UU., como República Dominicana, hemos aprobado la vacuna de AstraZeneca y la necesitamos con urgencia. No permita que la espera de nuevos ensayos demore nuestro acceso inmediato a esta vacuna. No sería justo”, escribió el gobernante quisqueyano en su cuenta de la red social Twitter con atención a su homólogo estadounidense.
De nada ha valido
Como expresa una de las canciones del desaparecido Anthony Ríos, no han valido los reclamos a los gobiernos ni laboratorios con los que se pactó el suministro del vital medicamento. Ante la triste realidad, el mandatario dominicano reprochó la falta de solidaridad al amigo-socio que prefirió para participar en la tarea de desarrollar el país: Estados Unidos.
El tradicional privilegio que ha tenido Estados Unidos de la casi totalidad de los gobiernos que ha tenido la República Dominicana se asientan “en los vínculos tradicionales y ser la segunda patria de millones de dominicanos”, que emigran por las precariedades de su país.
Desahogo presidencial.
En su discurso de rendición de cuentas del 27 de febrero, el presidente Abinader “se desahogó”, señalando que el Plan Nacional de Vacunación elaborado, era uno de los más ambiciosos de América Latina.
“Este plan supuso la compra de 20 millones de dosis, 10 millones a AstraZeneca, 8 millones a Pfizer y otros 2 millones a través del sistema COVAX de la Organización Mundial de la Salud (OMS)”, pero aún estas no han llegado, explicó.
Y agregó: “Hemos sentido la falta de solidaridad de los países más desarrollados, hasta el punto de que la mayoría de los compromisos de entrega de vacunas se han ido postergando de forma injusta. No pedimos que nos las regalen. Solo que dejen que los laboratorios cumplan con lo acordado”.
Su reclamo sigue siendo ignorado, pero ante la gravedad de la situación, el país pudo despertar tal vez la compasión de la lejana India, la que el 15 de febrero envió las primeras 110 mil dosis de la vacuna de AstraZeneca producidas sus laboratorios, las que fueron recibidas por el propio mandatario y su vicepresidenta, Raquel Peña.
Antes de las 24 horas, inició la inmunización contra el coronavirus SARS-CoV-2, en el hospital militar Ramón Lara, localizado en la Base aérea de San Isidro, desde las 7:00 a.m., con los médicos que llevan meses en el enfrentamiento a la pandemia.
Posiblemente lo menos esperado por el gobierno dominicano era que la visita (colaboración) del amigo en cierta forma rechazado, China, tendió su mano solidaria, vendiendo y donando el primer cargamento con alrededor de 800 mil unidades de su vacuna marca Coro¬naVac, elaborada por la empresa Sinovac.
Ese gesto pudo ofrecerle la oportunidad al presidente Abinader de jactarse de que la República Dominicana era el país con el mayor número de inyectado de América Latina (claro, por cada 100 habitantes).
Ya más de medio millón de dominicanos esperan la segunda dosis, la que se espera iniciar “en los próximos días”.
Segundo tramo del programa inmunizador ya tiene fecha asignada por el Gobierno ante la confirmación, de la llegada de un millón de dosis de vacunas chinas. El cargamento ya está en la zona de carga del aeropuerto de Beijing.
Además, tenemos asegurado el suministro de 2 millones más de dosis con esta farmacéutica que llegaran en dos partes, el 15 y el 25 de marzo, lo que nos permitirá completar las dos primeras fases de vacunación.
Egoísmo total
De otro lado, debe egoísmo de la mayoría de las grandes naciones es generalizado, por lo que el secretario general de la Organización de Naciones Unidas (ONU), António Guterres, hizo un llamado urgente para consensuar un plan de vacunación mundial que revierta el acaparamiento de las vacunas.
Guterres criticó duramente la distribución “tremendamente desigual e injusta” de los antídotos, tras señalar que diez países han administrado el 75% de todos los fármacos hasta ahora distribuidos para acabar con la pandemia.
Mientras más de 130 países aún no reciben una sola dosis de los antídotos, diez naciones han distribuido el 75% de las inoculaciones, denunció el alto cargo del organismo mundial.
100 millones de dosis.
Según los reportes de adquisición de las vacunas hasta este marzo, Estados Unidos “alcanzó un hito al superar los 100 millones de dosis contra la covid-19 administradas”, más que ningún otro país del mundo en términos absolutos.
Ante el reclamo de las naciones amigas de que compartiera su abundante almacén del fármaco, la respuesta fue de total rechazo por el nuevo presidente Biden.
Según datos de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC, en inglés), hasta la semana pasada EE.UU. había administrado 101 millones,128 mil, 005 dosis.
Esto supone que 35,000,159 estadounidenses están completamente vacunados, o lo que es lo mismo el 10.5% de la población. Además, un total de 65,965,305 estadounidenses han recibido al menos una dosis de algunos de los sueros contra la covid-19 aprobados.
