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jueves, mayo 2, 2024

Leonel advierte ganaría en segunda vuelta “a la mala”

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Las segundas vueltas nunca fueron buenas. La historia reciente en la República Dominicana demuestra que las segundas vueltas han traído componendas interesadas, felonías contra el sistema democrático y retroceso, con avances hacia la descomposición social, la corrupción y el anquilosamiento por negligencias de los gobiernos originados por tales segundas vueltas.

La oposición política dominicana con el tres veces presidente Leonel Fernández y su nuevo grupo Fuerza del Pueblo, ya proclama que su victoria electoral depende de lo que entiende será una segunda vuelta. Da por seguro que el Presidente Luis Abinader y la más de veintena de partidos que lo apoyan para que sea reelecto, no tendrán la fuerza suficiente para imponerse.

Resulta que, en forma curiosa, Fernández está pendiente para su pretendida segunda vuelta de lo que le ocurra a Danilo Medina, su peor adversario, en el marco de la misma oposición, a quien se encuentra atado mediante una “alianza rara”. Medina, su aliado circunstancial, entiende que ese pacto, no existirá un día después de los comicios municipales del 18 de febrero próximo.

El ejemplo Milei, Argentina

Si alguien que viva garantizado en el sistema democrático quiere saber sobre los riesgos que entraña el sistema electoral para llegar al poder y gobernar un país, pasando por una segunda vuelta, puede despejar los polvos que está produciendo Javier Milei, en Argentina.

A pocas semanas al frente de la Presidencia argentina, Milei se ve envuelto en peleas y contradicciones internas entre sus soportes políticos. Imposibilitado de imponer sus iniciativas de ultraderecha y casi dictatoriales, a un congreso en el que tiene minorías.

Javier Milei
Javier Milei

Hoy, Milei, después de haberse aliado hasta con el diablo, es Presidente, y se encuentra atrapado en los escollos inconstitucionales de un Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU), buscando convertirlo en una Ley Ómnibus, ya que trató de saltar por encima de la institucionalidad del Congreso.

Milei ha tenido que enfrentar los grupos que amparan a los más pobres del país, desde recién nacidos hasta los ancianos y sus pensiones. Generando riesgosas tensiones con la oficialidad militar.

En  República Dominicana

La segunda vuelta sólo se ha producido una vez, en la historia electoral dominicana. Ocurrió el l6 de mayo de 1996. Ese mismo Fernández, aquella vez, candidato por el Partido de la Liberación Dominicana (PLD) y José Francisco Peña Gómez, candidato por el Partido Revolucionario Dominicano (PRD), con un Jacinto Peynado dejado en solitario por el Partido Reformista Social Cristiano (PRSC) y el zorro político Joaquín Balaguer.

Peña Gómez logró 1,333,925 votos, pero no llegó al 50 por ciento más uno. Fernández apenas alcanzó el 38%.

La Junta Central Electoral (JCE) organizó una segunda vuelta electoral, para el 30 de junio de ese 1996. Entonces, Fernández fue declarado ganador en la según vuelta.

Balaguer, único gobernante después de la dictadura de Trujillo, y tras el golpe de Estado militar a Juan Bosch, debió de firmar un pacto con el PLD de ese mismo Bosch, que llamaron Frente Patriótico, para apoyar en la segunda vuelta a Fernández, y así imponerse a Peña Gómez y el PRD.

El Frente Patriótico fue un invento producto del celo por el liderazgo político de Bosch, frente al liderazgo de Peña Gómez, junto al racismo y antihaitianismo de Balaguer. Ambos dirigentes, Bosch y Balaguer, habían quemado físicamente sus cartuchos. Por su edad avanzada, Bosch no podía, ya, coordinar ideas, y Balaguer, apenas podía moverse sobre sus propios pies. Pero la amistad entre ambos hombres, desde la infancia, se impuso para junto esos rasgos mentales, impedir el paso de Peña Gómez y el PRD.

A toda esta maniobra de segunda vuelta electoral, antecedió una grave crisis política. En los anteriores comicios generales, en 1994, cuando Balaguer se impuso mediante un fraude que envolvió hasta la jerarquía de las Fuerzas Armadas, con sus oficiales izando banderas en las puntas de sus fusiles, interrumpiendo las votaciones tras un asalto a la Junta Central Electoral.

La fuerza del PRD y el liderazgo de Peña Gómez, quien enfrentó a Balaguer en esos comicios no fueron suficientes para impedir la legalidad de las elecciones. Esta primera vez, Balaguer tuvo que aceptar la firma de un Pacto por Democracia con Peña Gómez y las demás organizaciones políticas. Ese pacto incluyó establecer una segunda vuelta, en caso de que ninguno obtuviera más del 50 por ciento de los votantes.

Esa vez, según el pacto, se prohibió la reelección en dos periodos consecutivos, mediante una reforma constitucional. A Balaguer, para los siguientes comicios no le sería posible aspirar al cargo, y tuvo que aceptar, sólo dos años de mandato. Las elecciones tuvieron que realizarse en 1996, no en el 1998, como debieron de ser, ya que Peña Gómez no aceptó la propuesta de Balaguer de repartirse el período de cuatro a dos años, del 1994 al 1998.

En los comicios del 1996, el PRD llevó la candidatura de Hipólito Mejía, quien fue declarado ganador, frente al PLD y Danilo Medina. Mejía venció, pero quedó por debajo de Medina. El tercer candidato fue Joaquín Balaguer por el PRSC con un 24.60%. Ninguno obtuvo, sin embargo, más del 50 por ciento, pero Medina terminó por reconocer su derrota y Mejía se convirtió en presidente de la Republica, sin necesidad de realizar una segunda vuelta.

Es bueno remitirse a esta memoria sobre el surgimiento de la segunda vuelta electoral, porque, ahora en 2024, Fernández ya confiesa que está pendiente de esa eventualidad.

Fernández y Medina fueron derrotados por separado, en las más recientes elecciones del 2020, en esta ocasión por el Partido Revolucionario Moderno (PRM).

El PRM busca la reelección con el presidente Luis Abinader, y todas las encuestas conocidas le otorgan la ventaja que, en los comicios del 19 de mayo del 2024, le darían el triunfo. Fernández lo duda y confía en una segunda vuelta.

Tanto Fernández como Medina están ilusionados con que los resultados de las elecciones municipales del 18 de febrero, los favorezcan en sus alianzas raras.

Hay incógnitas difíciles de responder, sin embargo. ¿Fernández y su Fuerza del Pueblo conseguirían atraer a Medina y el PLD, obviando el historial de sus luchas contradictorias? ¿Medina, heredero del agradecimiento histórico de Hipólito Mejía, renunciaría a la posibilidad de una sobrevivencia que según su estrategia haría desaparecer a Fernández y la Fuerza del Pueblo? Ante la eventualidad de que Fernández logre imponerse a la reelección con el soporte de Medina, ¿cómo se manejaría un eventual gobierno conducido por dos figuras históricamente contradictorias como Fernández y Medina? La desesperación, siempre conduce a dolorosas y frustratorias ilusiones, sin bases reales.

Leonel Fernández finaliza sumando los grupos de la “alianza rara”, para establecer que sólo esa unidad garantiza el triunfo y el futuro exitoso del país, tras pasar por encima de todas las estadísticas de distintos orígenes conocidos hasta hoy, que testifican el avance y la estabilidad de la economía en los actuales momentos.

Preparen sus maletas, porque es pa’fuera que van, y se van “por las buenas, o, por las malas”, y que lo oigan una, dos, tres veces de manera definitiva. Son expresiones dichas en recientes reuniones junto a sus dirigentes seguidores.

¿Se proyecta Leonel Fernández en su misma expresión y pésimo presagio de que los reeleccionistas, el PRM y Luis Abinader, “se van, por las buenas, o por las malas”?

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