Hablaré de una generación, la mía y los que quedan de ella, que mientras viva, no está dispuesta a perder esta batalla de fuego contra la incultura y la maldita ignorancia.
Por eso traigo esta flor del sol para recordarlos, a todos y todas, mientras hablo y rememoró sus hazañas y sus sueños truncados.
Han pasado más de 60 del justo tiranicidio de Rafael Trujillo Molina, y se sigue manteniendo a este pueblo preso de la gran mentira cultural de nuestros tiempos: La música clásica vista como música clásica y para ricos y muertos, en ese mismo irónico orden entre necrofilia y posesión musical elitista, que no es tal.
El arte de la suma de todo, hoy hablo para la inauguración de esta exposición bella y significativa, caudal inmenso de recuerdos fijos y dulces, intramuros del alma entre el polvo de la piedra antigua y la fachada de greco romanos símbolos que nos circundan en bella ciudad que amamos casi con una lira de delirios en nuestros corazones.
Vengo hablar del deber de los quedamos, de nuestra debida obediencia a la memoria de nuestros muertos, que al decir de los gitanos: » Si viene el duende, no viene solo viene con tus muertos y su felicidad de protegerte y darte fuerza vital”, para seguir lo que ellos dejaron, no por gusto propio.
Si es cierto que el arte es la suma de todo, porque al final toda obra estética bien concebida, persigue nuestra inmensa felicidad. el sosiego grato de lo vivido plenamente, entonces desde esta exposición, que clama a lo antiguo y lo moderno del nuevo mundo, como un grito fascinante de coraje y presencia, es posible reclamarlo todo: la imagen, la música clásica sin apellidos nefastos y la cultura abollada por gestiones inútiles que no logran dar pie con bola en lo exacto de la culturización popular…
Vengo hablar y recordar todo lo que nos falta por hacer, ahora que la vieja Cinemateca Dominicana, está postrada en sus cenizas que nunca procuré. Una ciudad que aspira a la postmodernidad sin un museo de cine para las nuevas y viejas generaciones, es una ciudad que, en el fondo, se ha quedado huérfana y violada en su charco de sangre por vendados verdugos de la cultura, hasta el momento nadie se hace responsable de esa violación fílmica y según Pedro Mir, la Cinemateca Dominicana yace en la plaza de la cultura» Como una adolescente pateada en las caderas «…
La ciudad de Santo Domingo tiene como habitantes amantes del cine huérfanos, sufriendo las inclemencias de la brutalidad cultural, que la maldita politiquería suele regalarnos con la más espléndida de las indiferencias, a nadie le importa nada, y es lógico no tienen ni puta idea de lo que es una ciudad hoy día sin museo de cine y no se pueden imaginar: el analfabetismo crónico en todos los ámbitos del conocimiento cultural.
No hay vergüenza individual, en todo caso, ajena…
Vengo hablar de la encomienda sagrada, que tenemos los de espíritu claro ante la cultura y sus designios, los que entendemos que la cultura sirve y adelanta conciencias, curiosamente, para hacer cambios con trascendencia y miren hacia un mejor futuro…
Y esta exposición es el mejor símbolo de la unidad de mentes preclaras y sus resultados con neta inspiración y visión del valor de la cultura visual como pan del espíritu y la curiosidad.
Afiche de promoción de la exposiciónQuiero felicitar de modo público, a la arquitecta Iris de Mondesert por la aceptación de esta gran exposición en el Museo de las Casas Reales, asiento propio de obras tan ligadas a este mismo museo.
Yo dejo este girasol en este pedestal, testimonio y fe de que he hablado por mis muertos, a quienes les dejo cada día su temprana, una fuga de Bach en la madrugada, ningún daño hace a un fabuloso ejército de gente amada y recordada. Gracias. » (CFE)
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Daniela Donati