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miércoles, mayo 1, 2024

Una cosa es con micrófono y otra con jututo (III)

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Mi interés en establecer las diferencias entre el proceso político cubano y el dominicano surge de que, sin duda, las dos islas pertenecen al Caribe, que hubo vínculos históricos entre ambas, al punto de que Máximo Gómez, dominicano, fue determinante en la independencia de Cuba de la dominación de España, las presencias de esclavos africanos poblaron parte de las dos naciones, pero insisto el diablo está en los detalles.

La interacción de las partes de un todo, conduce a escenarios distintos. El precio que se paga por confundirlos es caro. En los años finales del 50 del siglo pasado, existían la dictadura de Batista en Cuba y la de Trujillo en República Dominicana. Pero mi padre y yo escuchábamos las noticias de CMQ en la radio y algunas veces escuchamos participación de exiliados dominicanos.

Desde luego, lo suficientemente a escondidas. Era 29 de marzo de 1958 y de repente veo las luces de un carro que iluminaba la parte delantera de nuestra vivienda que se encontraba en el kilómetro 4.5 de la carretera Moca-Santiago. Salgo al frente y veo un  carro Volswagen (cepillo como fue bautizado por el pueblo al parecerse al de guayar hielo) lo cual me di pánico.

La dictadura hacía correr la voz de que disponían de sensores que eran capaces de escuchar a distancia el sonido de los radios caseros y nosotros estábamos escuchando la emisora cubana. Por fortuna, la razón es que una tapa bocina del cepillo, se había desprendido en la vigilancia ejercida para despejar de cualquier obstáculo que » El Jefe» pudiera tener en su viaje el día siguiente en conmemoración en Santiago de la Batalla del 30 de marzo. Cuando los vigilantes encontraron la tapa bocina, se marcharon para tranquilidad nuestra.

Que en Cuba se permitiera hablar de la condición dictatorial dominicana era inconcebible a la inversa.

Estos relatos aparentemente de poca importancia, los informo porque la gente, que hoy son jóvenes, si tienen voluntad de realizar cambios sobre la desigualdad actual, necesitan conocer la realidad concreta y evitar copia de escenarios. Sobre todo, tener en cuenta que las diferencias entre Cuba y RD, se profundizan al ser la isla nuestra compartida por dos naciones distintas que marcan esa condición única mundial.

Esa singularidad, según mi parecer, nos obliga a tener una actitud especial en que esperemos que en Haití aparezca el liderazgo apropiado, al tiempo que no tengamos una indiferencia total como vecinos.

Pero no me refiero solo a los jóvenes. La denominada izquierda dominicana está compuesta por algunos que se denominan marxistas leninistas, comunistas, etc que tienen la revolución cubana de 1959 en sus postulados como modelo en la época actual. Yo no sé si ellos son capaces de apreciar que es posible que no alcancen más del 3% de las simpatías actuales.

La desigualdad predomina desde los últimos 10.000 años con matices diferentes. Hay unos 20 multimillonarios en que uno de ellos puede tener un capital mayor al producto de un año de 56 naciones como Haití. Eso merece modificarse, pero organizar el rompecabezas requiere de habilidades tan desafiantes como las que tuvo Gandhi, capaz de no disparar un tiro para obtener la independencia de Inglaterra.

 

 

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