Decir al país que «a la Policía Nacional no ingresarán hombres ni mujeres que sean hijos de madres solteras”, no es sólo la metida de pata de un ejecutivo policial que no ha parado de hablar desde que asumió el puesto, sustituyendo la función de su vocero.
Lo que ha dicho el general Alberto Then, director de la Policía Nacional, es más que una metida de pata, que se pronuncia precisamente el día en que las naciones del mundo usan como referente el asesinato de las hermanas Mirabal, ocurrido hace 61 años, y se conmemora la ocasión para demandar el cese de la violencia contra la mujer.
Lo de Then, es una postura atrasada, una visión equivocada del rol de esas mujeres que se convierten en padre y madre a la vez, para criar sus hijos con dignidad y ejemplo.
El general Then, está aún en «la era de concho primo», ni ideas tiene del desarrollo evolutivo registrado en las mujeres en todas las naciones del Continente americano.
El caso es más peligroso aún cuando el jefe de Policía ignora que en la Constitución de la República se consagra el derecho de igualdad para todos los ciudadanos, y la no discriminación. Pero resulta ahora que para el ejecutivo policial la Constitución que existe es la suya, donde prevalece el maltrato a la mujer y el garrote y amenazas para todos los ciudadanos que osen expresarse con libertad.
Sí el general Then no puede renunciar por el atropello expresado, si el presidente Abinader cree que lo ha que ha dicho Then es poca cosa para destituirlo, entonces no lo hagan, pero debo recordarle a uno y a otro que el puesto policial debe acompañarse de un comportamiento distinto, una visión progresista, una formación profesional. La carreta no debe dirigir a los bueyes.
Y, por último general Then, deje que sea el vocero de la Policía quien haga la labor de comunicar al pueblo las cosas que son rutinarias y así nos evitamos que el jefe de la P.N. sean el hazme reír de todas las naciones civilizadas del mundo.
