2022, debe ser el año de establecer el orden migratorio, de construcción del muro, de deportación masiva de todos los indocumentados, de depurar los documentos nacionales en manos haitianas.
Que quede claro, Haití no conquistó nuestro territorio, le fue entregado por la oligarquía nacional al gobierno haitiano, a cambio de que estos se convirtieran en sus sicarios, para mantener el control de los negros esclavizados y de la población pobre local.
La gran desgracia de RD, la raíz de la división de nuestra sociedad, es la injusticia creada a partir de la conquista; donde unos pocos se quedaron con toda la tierra, y a los nativos, los indios claros y oscuros, los negros y blancos pobres, le dejaron solo el himno y la bandera.
El negocio de la ocupación haitiana de 1822 fue: 1. La oligarquía entrega el control político del territorio a los haitianos 2. Los haitianos protegen la propiedad de los oligarcas 3. Los haitianos mantienen bajo control la población pobre y hacen papel de policías.
A las presentes generaciones nos toca, hacer regresar a los haitianos a su territorio. Construir el muro para detener su ingreso a nuestro territorio. Crear leyes que quiten incentivo a su interés por ingresar. Redistribuir el recurso tierra, construir agroindustrias municipales.
La meta de convertir nuestra Quisqueya en potencia para el 2050, debe ser una ilusión de cada dominicano, por el que debe cada uno hacer su parte, proteger el interés nacional, ver y tratar como traidores los corruptos, y convertirse en soldados del desarrollo nacional.
El camino para convertir RD en potencia, está en redistribuir la tierra, construir agroindustrias municipales, desarrollar sector pesquero y acuícola, aperturar centros de distribución de nuestros productos en USA, CANADA, EUROPA, CHINA, RUSIA, impulsar educación de calidad e industrializar la patria.
El autor es precandidato a Secretario General Nacional PRM.
