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lunes, mayo 6, 2024

República Dominicana y Haití: una mirada desde la Neurociencia

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Nuestra relación con Haití y lo que suceda en el futuro, inmediato y mediato, de dicha relación con esa población, para no llamarle nación, estará sustentado sobre el paradigma siguiente, que tiene una explicación más neurocientífica, que política, económica o social, es el siguiente:

Haití es un “país” que nos quiere invadir, o es un “país” con el que debemos convivir. Dependiendo de lo que se apodere en nuestra estructura cognitiva y emocional, sucederá lo siguiente:

1.                       Si Haití es un país que nos quiere invadir, viviremos en conflicto permanente con ese país, manifestándonos y marchando en pro de un patriotismo irracional, por consiguiente, emocional, que nos llevara a la confrontación permanente, y por consiguiente destinado a perder en esa confrontación, porque no se enfrenta a quien no tiene nada que perder.

 

Los que sustentan y están condicionado sobre este primer paradigma, le pasara lo siguiente, en su comprensión y actitud sobre la relación con Haití:

a. Exacerbaremos y apelaremos al nacionalismo y patriotismo, en ocasiones de forma inteligente, para no desvelar el tufo del racismo, en otra, de forma burda, apelando a que la solución es repatriar a los haitianos, sin cuidar ninguna forma, ni respeto a ningún derecho.

b.           Recrudecerán el odio y repudio, no a cualquier inmigrante en condición irregular que permanezca en RD, si no contra de los haitianos.

c. Matizarán su rechazo y repudio al inmigrante haitiano irregular en nuestro país, apelando a que los organismos internacionales y los países como Estados Unidos, Francia, Canadá y otros miembros de la Unión Europea, en términos generales, sean, quienes se comprometan a buscar una solución para Haití, aunque en definitiva y en su subconsciente, lo que quieren es sacarlos por la fuerza. Hay zonas del cerebro que se activan frente al odio y la discriminación, vinculadas al hipotálamo, que segrega dos hormonas que afectan al hipocampo y la corteza frontal. Estas hormonas son, la adrenalina y el cortisol, condicionadoras de dos institutos de la especie humana, el ataque y la huida. Al final, frente a Haití, los partidarios de este primer paradigma tendrán estas dos actitudes.

d.           En los casos extremos, y eso no esta lejos de que suceda, apelaremos a la violencia física, la persecución, apelaremos al repudio colectivo de los ignorantes y a las tubas disfrazada de linchamiento, reproduciendo la misma cultura y comportamiento de los haitianos.

2.                        Si el paradigma que predomina, en nuestro inconsciente colectivo, que Haití es un país con el que debemos convivir, por razones de condición de isla, territorialmente inseparables, porque son un socio comercial, por sentido de humanidad y solidaridad, porque en una confrontación con Haití no tenemos nada que ganar, si no mas bien perder, lo que pasara será lo siguiente:

a. Siempre se buscarán alternativas pacíficas al conflicto con Haití, porque reitero, no se pelea, con quien no tiene nada que perder.

b.                       Se exigirle al Estado Dominicana y al gobierno de turno, que asuma su responsabilidad de implementar una política migratoria, que preserves nuestros intereses, sin excusarnos, sobre la base que dependemos de terceros.

c. Se entenderá que nada nos impide que regulemos la entrada y salida de inmigrantes. Para eso no se necesita injerencia extranjera, al menos que no reconozcamos que nos beneficiamos, sobre todo los grupos de poder económicos, medianos y altos, que usan la mano de obra haitiana, para beneficio propio, incluyendo al propio Estado Dominicano.

d.                       Se dejarán de hacer proclamas absurdas, exigiendo al Gobierno Dominicano que asuma su responsabilidad. Que eso depende de nosotros, no de potencias extranjeras. Cuando eso se haga, se podrá asistir a las “marchas patrióticas”.

e.Reconocerán que la mano de obra haitiana nos ha beneficiado y entenderán que nuestro destino depende de nosotros, ya que el pueblo haitiano no es culpable, son unas víctimas de las apetencias y rentabilidad económica, de actores internos y externos.

Por excusarnos, en patriotismos baratos, y dadas las condiciones del estado democrático de derecho de Haití, lamentaría que estemos tarde para hacer lo correcto. Tenemos mas de 60 años sin que el Estado Dominicana asuma con seriedad su propia política migratoria. Por intereses y oportunismos, asumimos la cultura del BAN: Bulto, Allante y Movimiento frente Haití, haciendo discurso de Patria, Muerte o Venceremos frente a Haití.

Si seguimos buscando excusas, para controlar lo que no depende de nosotros en la relación con Haití, nos joderemos. Asumamos, aunque nos cueste, fruto de nuestro oportunismo irracional, lo que es de nuestra competencia, establecer nuestra política migratoria. En eso creo. No me convoquen a nada que este fuera de mi espacio de decisión, es una maldita irresponsabilidad.

No sé si me dirán pro o anti haitiano, al final eso no importa, la realidad nos supera. (Pedro L. Guerrero C.).

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