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martes, mayo 14, 2024

La migración de haitianos sigue sin control

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Los hechos ocurridos recientemente en la Ciudad Juan Bosch y que involucran a nacionales haitianos debe abrirnos los ojos sobre lo que está pasando en nuestro país y la migración descontrolada e ilegal de ciudadanos del vecino país a nuestro territorio.

En los últimos años, esta migración ha sido avasallante, porque no solo están entrando al país haitianos contratados para realizar trabajos en las áreas de agricultura y la construcción, sino que están llegando en masas de día y de noche, hombres, mujeres, niños y ancianos de manera ilegal, sin un papel o documento que los identifique.

Muchos haitianos, sobre todo, de clase social muy baja, emigran hacia este lado de la isla sin rumbo, algunos sobreviven de la economía informal vendiendo chucherías en nuestras calles; otros mendigan en las esquinas con niños pequeños y pedigüeños, especialmente mujeres y ancianos, así como pernoctan y residen en el país miembros de bandas criminales, muy comunes en estos tiempos en el empobrecido país.

Los humanos nos caracterizamos por ser seres migrantes, es decir, que nos desplazamos de un lugar a otro para buscar mejores condiciones de vida o de un empleo para subsistir junto a la familia. Eso es ley de vida.

Con el caso de los haitianos, estos salen de su país huyendo del hambre y a la desolación que ellos mismos, y sus gobiernos corruptos y de carroña han propiciado por siglos, y lo más cerca que tienen es República Dominicana, cuya frontera aún es muy vulnerable, pese a los controles y puestos de vigilancia, así como unidades apostadas del Cuerpo Especializado de Seguridad Fronteriza Terrestre (CESFRONT).

Con todo y esta “vigilancia” la migración no para ni por un segundo; y lo peor y muy preocupante para la sociedad dominicana es la ola de criminalidad que se escenifica en las principales ciudades haitianas por parte de bandas criminales que también ponen en peligro a nuestro territorio.

Haití se ganó hace mucho tiempo el título de ser el más pobre de América Latina y el Caribe.  Un país que perdió todas sus expectativas de desarrollo, donde no existe un sistema de salud viable, donde hay un descontrol de la natalidad, pues la población crece más que la yerba mala, en fin, un Estado fallido con miles de problemas que no tienen respuestas ni soluciones, ni ahora, ni en un futuro lejano.

Sin embargo, a pesar de las diferencias marcadas por la historia, diferencias raciales, culturales, del idioma, religiones, las relaciones y lazos de amistad entre ambos países se han mantenido con sus altas y bajas.

Los haitianos que llegan de manera legal a nuestro país se insertan en las labores productivas y trabajan en sectores como el hotelero, de la construcción y en actividades del sector agrícola.

Hay que recordar que los haitianos comenzaron a emigrar cuando los niveles de pobreza crecieron en su país y las expectativas de vida disminuyeron, fruto de las depredaciones que ellos mismos provocaron en su territorio.

Las crisis políticas, económicas y sociales derrumbaron su sistema político, mientras que la naturaleza también se ha ensañado con el empobrecido país.

Los dominicanos tenemos que cuidar nuestro territorio, ser celosos de lo que hemos logrado como nación, cuidar el sistema ecológico, (ríos, acantilados, montañas, bosques), nuestra cultura, nuestra idiosincrasia, ideales y símbolos patrios.

 

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