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miércoles, mayo 15, 2024

La inquietante visita de la jefa del Comando Sur a RD

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Muchos son los comentarios, conjeturas e interrogantes que ha generado la visita oficial de la jefa del Comando Sur de los Estados Unidos, general Laura Richardson, a la República Dominicana.

Las verdaderas razones de su presencia para reunirse con el presidente Luis Abinader las descubriremos en las medidas gubernamentales que fluirán paulatinamente en las semanas por venir.

Agencias de prensa internacionales y medios locales afirmaron que la reunión se produjo en el Palacio Nacional, versión que fue corregida ya que este encuentro tuvo lugar al término de la investidura de la Sexagésima Primera Promoción de Cadetes del Ejército de República Dominicana, en la Academia Militar Batalla de Las Carreras.

De acuerdo con el vocero de la Presidencia, Homero Figueroa, la reunión fue “para tratar diversos temas de cooperación y seguridad en la región”, donaciones realizadas al país, como vehículos militares, barcos y hospitales móviles, entre otros.

Para saber qué fue lo que verdaderamente trajo el barco, hay que esperar un tiempo prudente ya que lo que haya sido, fue bautizado como “Top Secret” y estrictamente confidencial.

El importante tema desarrollado entre la influyente visitante y el Jefe del Estado ha generado en los dominicanos, dentro y fuera del país, las más curiosas conjeturas y especulaciones.

Que el viaje se hizo “para afianzar la relación bilateral entre ambos países” como también se ha dicho, no es más que un cuento chino narrado en Creole, porque la relación bilateral entre República Dominicana y Estados Unidos nunca ha estado mejor en los últimos años.

Conjuntamente con la llegada de la general Richardson, vino el buque hospital USNS Confort, de la Armada de los EEUU, en misión humanitaria para ofrecer a los dominicanos que lo necesiten evaluaciones médicas generales, exámenes odontológicos, optometría, pediatría, ginecología, dermatología y terapia física, siendo Haití la nación más necesitada de todos esos servicios de salud, especialmente las embarazadas del vecino Estado.

La visita de la general Richardson con el presidente dominicano tuvo que ser organizada por el Departamento de Estado, órgano responsable de la política exterior y las relaciones de los EEUU con otros países que tiene, entre otras funciones, negociar tratados y acuerdos internacionales y representar además a los EU en las Naciones Unidas (ONU).

Para que este encuentro se materializara, ante ojos críticos de observadores internacionales, había que darle un matiz de colaboración y ayuda humanitaria para no crear mucho ruido ni intranquilizar las avispas en esta importante región caribeña.

Provoca curiosidad que esa visita se llevara a cabo justo en el momento en que existe una efervescente actitud nacionalista del gobierno dominicano ante la presión de países y organizaciones internacionales -como la ONU- para que se detenga la repatriación de haitianos indocumentados por haber cruzado la frontera que une a ambas naciones.

Esa bandera nacionalista y patriótica levantada por el gobierno con los más altos principios de no intervención en los asuntos internos del país, ha estado sumando adeptos en la opinión pública, incluyendo organizaciones políticas opositoras, sociedad civil, estudiantes y comerciantes, nada agradable para los oídos de los EU.

Pero, además, por la protesta del gobierno dominicano ante el cese de importación de azúcar y productos derivados del Central Romana por parte del departamento de comercio de la Oficina de Aduanas de EEUU, por alegados trabajos forzados y otros abusos laborales contra trabajadores cañeros, en un buen porcentaje de procedencia haitiana.

Aprovechando la visita, la jefa del Comando Sur también se reunió con el Ministro de Defensa Teniente General Carlos Díaz Luciano Díaz Morfa, para “conversar sobre temas de interés mutuo y explorar maneras de continuar fortaleciendo la asociación de seguridad”, que a decir verdad, es la que mejor garantizada está con el Jefe de Defensa dominicano.

Presente en ese encuentro estuvieron el comandante general del Ejército, mayor general Carlos Antonio Fernández Onofre; de la Fuerza Aérea Dominicana, mayor general Carlos Ramón Febrillet Rodríguez, y el comandante general de la Armada, vicealmirante Francisco Sosa Castillo.

Observadores del quehacer político dominicano están desde ya monitoreando cada una de las disposiciones gubernamentales y de defensa; y todo para descubrir lo q.ue verdaderamente tenía debajo de la manga la general de cuatro estrellas Laura Richardson

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