Después de ver y padecer gobiernos que, al instalarse, siempre prometían frenar los altos niveles de corrupción que se registran en la administración pública, a lo más que aspira la mayoría de los dominicanos es a que las nuevas autoridades, próximas a asumir la dirección del Estado, no sólo prometan, sino que realicen una gestión honesta, ética y eficiente.
Sin pretender hacer leña del árbol caído, se recuerda que el entonces candidato presidencial del Partido de la Liberación Dominicana (PLD), Danilo Medina Sánchez, advirtió, antes de las elecciones de 2012, que cancelaría al primer funcionario que el rumor público señalara como corrupto y sometería a la justicia al segundo en esa misma situación, en un eventual gobierno presidido por él.
Manifestó que de llegar al poder, lo primero que haría era convocar a un consejo de estado con los ministros y directores generales, debido a que consideraba que, en el país se debía tratar de construir una cultura de honestidad en la ciudadanía para que todos cumplan con su deber.
Según su criterio como candidato presidencial, la corrupción se había generalizado, tanto en el sector público, como en el privado, lo que consideró como un mal de cuna, porque los valores se inculcan desde el hogar.
Ya instalado como inquilino de la casa de gobierno, toda esa prédica se olvidó. La gente se quedó esperando los sometimientos de funcionarios emanados desde el Estado y los casos que fueron presentados a los tribunales, por otras vías, están a la espera de condenas.
Su compañero de partido y, como el mandatario, miembro del Comité Político del PLD, además de funcionario de su gobierno, Félix (Felucho) Jiménez, declaró que hay corrupción en el régimen morado.
Sostuvo que en el PLD existen unos ¨jorocones¨ y ¨turpenes¨, que no solo se roban el dinero del pueblo dominicano, sino que se sienten infelices si no exhiben lo que han sustraído y, por esa razón, andan en helicópteros propios, yates, yeepetones, carros deportivos, regalan autos lujosos y penthouse a sus amantes y amigas, de forma descarada, sin que nada les importe.
Jiménez señaló que los miembros de la estructura gubernamental del país les estrujan en la cara a la población pobre sus lujos mal habidos, sin ningún temor.
Pese a que de esa denuncia pública se hicieron eco varios medios de prensa, ni en el Palacio Nacional, ni el Ministerio Público se dieron por enterados. Nada Pasó.
Ahora, a pocos días de asumir la primera magistratura, el presidente electo, Luis Abinader Corona, promete a su padre, José Rafael Abinader Wasaf, fallecido el 4 de noviembre de 2018 y quien fue un hombre público, que ocupó posiciones en la administración estatal y el Congreso Nacional, hacerlo sentir orgulloso, presidiendo un gobierno honesto y ético.
Adelantó que su gobierno honesto y ético, yo agregaría que deberá ser también eficiente, será como actuó su padre y como lo soñó, a propósito de sus aspiraciones a la presidencia de la República.
“Hoy no lo puedo felicitar abrazándolo, pero mi regalo será, desde donde él esté, hacerlo sentir orgulloso presidiendo un gobierno honesto y ético como él actuó y soñó. ¡Gracias por tu ejemplo! ¡Felicidades a todos los padres dominicanos!”, escribió el presidente electo en su cuenta de Twitter.
El licenciado Abinader Corona ha comenzado a enviar señales que han sido bien recibidas por la población, como el dar a conocer los que serán parte de su gabinete y que eliminará las instituciones que considera están demás en la estructura del Estado.
El presidente electo adelantó que una de las instituciones que serán disueltas es la Oficina de Ingenieros Supervisores de Obras del Estado (OISOE), la cual suplanta parte de las atribuciones del Ministerio de Obras Públicas.
Coincide con la diputada Faride Raful, senadora electa del Distrito Nacional, quien anuncia que reintroducirá el proyecto ley de “Reorganización de la Administración Pública”.
El propósito es disolver 58 instituciones, comisiones u organismos públicos que representan una carga superior a los 15 mil millones de pesos en el presupuesto.
De aprobarse, 12 instituciones pasarían a ser parte del Ministerio de Agricultura con sus equipos, bienes muebles e inmuebles, personal y presupuestos.
Entre esas entidades están: el Consejo Nacional Para el Fomento y Reglamentación de la Industria Lechera (Conaleche); el Instituto Azucarero Dominicano (Inazúcar); el Consejo Dominicano del Café (Codocafé), el Instituto del Tabaco (Intabaco), Plan de Asistencia Social, Instituto para el Desarrollo del Sur (Indesur); Instituto para el Desarrollo del Noroeste (Indenorte) y el Instituto para el Desarrollo del Nordeste (Indenorde), entre otros.
Raful dijo que se busca reorganizar y mejorar la gestión pública mediante la disolución y traspaso de funciones de estas entidades del Gobierno Central y carecen de funciones o tienen duplicidad con otras instituciones, provocando dispendio en los gastos corrientes.
Esa decisión cuenta con la opinión favorable de muchos ciudadanos, aunque hay quienes expresan que en medio de la situación de crisis que se deriva de la pandemia que ha estado afectando al país y al mundo, se estima que lo prudente sería aguardar un tiempo para promover esos cambios que, bien pudieran irse introduciendo de manera gradual.
Ahora bien, los ciudadanos esperan de las nuevas autoridades que cumplan la promesa de cambios, para eso fueron elegidas. Tal como lo promete el presidente electo, se aspira a un gobierno honesto, ético y eficiente, caiga quien caiga.
Ya el pueblo dijo…. Con las manifestaciones de la plaza de la bandera, la juventud y los no tan jóvenes se empoderaron a decir no a la corrupción ya a la impunidad y a eso añadimos EL CACEROLASO….. Es una muestra de que estamos despertando……..