Con el sello distintivo de demanda de cambio durante la campaña electoral, el licenciado Luis Abinader se convirtió el pasado 5 de julio en el primer Presidente dominicano electo nacido con posterioridad a la era de Trujillo.
Esto no sólo tiene como importancia el dato histórico, pura y simplemente. No, en modo alguno.
Significa que asistimos a un nuevo liderazgo en la clase política dominicana, el cual ha de marcar su propio norte, distante de la influencia de un pasado rancio que todavía gravita en la conducta y pensamientos de determinados actores de la política criolla y en cambio obrar en pos de afianzar la solidez de la democracia y la institucionalización de un Estado dotado de normativas y leyes adjetivas y especiales de avanzadas, pero matizado por un pragmatismo donde la cultura del engaño horroriza.
En efecto, la nueva historia que ha comenzado a escribirse en República Dominicana, a partir del 5 de julio de 2020, con el liderazgo de Luis Abinader, tiene como base para arrancar la aceptación y el visto bueno de la población porque viene acompañada de anuncios de designaciones de hombres y mujeres probos, capaces y con las competencias necesarias para servir, en Equipo, a la sociedad dominicana que le ha dado esa potestad al novel jefe de Estado.
Precisamente en estos nuevos tiempos en que la sociedad demanda personas capaces y con reciedumbre moral para desempeñar cargos en la Administración del Estado, el licenciado Abinader tiene todo un camino largo para demostrar que es un Presidente moderno, diferente e institucionalista a quien el pueblo le ha dado, el mismo lo expresó, el privilegio de servir y de hacerlo bien y con transparencia.
Se entiende que dado el hecho de que el Presidente electo está conformando un Gabinete con profesionales con los perfiles que requieren los cargos a los que van a servir, al ex rector de la UASD, Dr. Franklin García Fermín, le adorna el perfil más adecuado que pueda tener funcionario alguno para Ministro de Educación Superior, Ciencia y Tecnología.
De hecho, el Dr. García Fermín es un Gestor de la reforma y transformación universitaria, quien eliminó el «cuello de botellas» que por años impedía que los estudiantes de grado en la UASD pudieran seleccionar más de 20 créditos por semestre, logrando alcanzar su esencia de 24 y hasta 30 créditos aquellos alumnos que tuvieran el tiempo para dedicarlo a su formación y consecuentemente avanzar hacia la movilidad social.
Hace poco más de diez años, el Dr. García Fermín tuvo la visión de impulsar los entornos virtuales de aprendizaje en el grado universitario, a través de acuerdos suscritos con el Ministerio de Educación Superior, Ciencia y Tecnología (Mescyt). Hoy son una necesidad ante la pandemia que ha generado el COVID-19.
Ese mismo García Fermín es un político completo, Vicepresidente Nacional del Partido Revolucionario Moderno (PRM) y coordinador general Político de los Movimientos de Apoyo por el Cambio, una entidad del sector externo que aglutinó a más de mil movimientos y agrupaciones de ciudadanos no partidistas que contribuyeron al triunfo del Presidente Abinader, del PRM y de los aliados en los pasados comicios.
Franklin García Fermín es un abogado de muchos años de experiencia, con Maestría en Derecho Civil y procedimiento civil. Doctorado en Sociedad Democrática y Estado de Derecho, por la Universidad del País Vasco; es un docente universitario activo de más de 30 años de servicios y conoce a cabalidad la problemática de la educación superior en el país. Por tanto, su valor y su figura le suman al Estado dominicano.
La valoración de políticos y profesionales con las cualidades descritas en el Dr. García Fermi es a lo que apuesta el pueblo dominicano para que el Presidente Luis Abinader continúe sus criterios y sus atinadas designaciones. No por casualidad su popularidad se ha disparado.
