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jueves, mayo 2, 2024

Es viernes y el cuerpo lo sabe (II)

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Cuando Maritza oyó las amenazantes palabras del chofer » si gritas te degolló aquí mismo» el pánico se apoderó de ella. Ese inmenso hombre, al  cual no le veía el rostro, ella lo sintió capaz de hacer lo que decía. La arrastró con toda su fuerza, la halo con la soga, la lanzó sobre la cama, la ató al pedestal de la cama y en segundos le puso un tape en la boca con una maestría y rapidez que Maritza pensó: este animal ha hecho esto muchas veces.

Los delincuentes , en la mayoría de las ocasiones acumulan varios tipos de delincuencia, así que no fue nada sorpresa que sacara una chata de whisky y del primer sorbo la dejara por mitad y cínicamente le preguntara ¿Quieres? Con la fiereza de un tigre enjaulado, le desgarró toda la vestimenta y en segundos el corpulento monstruo se lanzó encima de ella, que de muy poco sirvió la resistencia que Maritza opuso.

En segundos Maritza sentía los impulsos bestiales en  su aparato genital producida por el pene del asaltante  como si esa operación violenta hubiera tenido el tiempo preparatorio de erección, que normalmente tarda algún tiempo.   Con lo que Maritza no contaba ,es que ese tipo de seres degenerados, se excitan con la violencia más  velozmente y con mayor eficiencia que los hombres normales mediante  el romance.

Sonó el intercom y el hombre agarró el aparato ,con una serenidad propia de las personas acostumbradas al delito ,  y dijo : tráiganos dos Presidentes ,bien frías ,en diez minutos.

Pero en cinco  ya el hombre estaba de pie con sus pantalones puestos, se introdujo al carro donde estaba la cartera de ella , con su celular, y algún dinero  y huyó.

Después de unos instantes  que a Maritza le parecían siglos , un empleado del motel toca la puerta y alarmado por  los quejidos de una mujer que solo decia uh uh uh entra a la habitación y Maritza le señala la boca , el hombre le despega el tape y ella llorosa ,se cubre con una sábana lo que le queda de rubor.

Ella le pide , un poco más repuesta , que llamen al 911 . El empleado, está más preocupado por cobrar el tiempo y la bebida y le dice señora , no se preocupe vamos a resolver esto.

Ahí aparece la mente más fría de Maritza y comprende que el chino ,dueño del motel , no quiere envolverse en toda la burocracia que significa la denuncia y persecusión del delincuente .

A lo único que accedió la colaboración del motel fue en facilitarle a Maritza que llamara a Ines , que esta vez tuvo suerte que respondiera de inmediato y le pidió que le llamara un taxi ,y empezó a tratar de contarle lo sucedido ,   le dio la localización . Inés le dijo : Mana yo voy a buscarte inmediatamente , me cuentas todo cuando yo llegue.

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