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sábado, mayo 4, 2024

El mal sancocho haitiano: mi diagnóstico distinto

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Según informa el gobierno, entre 2018 y septiembre de este año 97,375, mujeres haitianas parieron en República Dominicana. Así que 100,000 en la actualidad es totalmente realista. Hay quienes se bautizan de patriotas devolviendo las parturientas. Para mí es totalmente lo contrario. El nombre de dominicana se engrandece si dice: comprendemos el mal sancocho haitiano, pero no lo vamos a empeorar echándole más jabón. Más bien, le ofrecemos yautía amarilla a ver si mejora.

La mejor inversión estratégica de República Dominicana es fomentar las mejores relaciones posibles. Eso incluye no solo a los poderosos. Mejor si es también con los pobres. Calígula es el símbolo de todo lo malo en un emperador, pero con los pobres hacía populismo. ¿Quién lo mató? Los miembros del senado pertenecientes a la aristocracia romana.

Basado en que en la actualidad el crecimiento poblacional en Haití es de 1.2% anual, en 20 años, esa nación tendrá 3 millones más de habitantes en adición a los 11 actuales. En el presente está en guerra interna entre bandas. Berbecue las está organizando para ser el jefe de todas ellas. El día que lo logre se emborrachará de poder y va a extender su influencia declarando que Dajabón le pertenece. Esa guerra se la ganaremos. Pero el precio de entrar en un conflicto internacional no nos favorecerá en nada, porque seremos los malos de la película, con un millón de enemigos adentro.

Ser malvados con las pobres madres haitianas, para mi nada tiene de bueno. Lo contrario sí.

El liderazgo caribeño que el país  debe ejercer, según mi creencia no se debe ejercer de esa manera. Fernando Capellán, quién tiene una empresa que emplea 16,000 haitianos en la frontera acaba de proponer un impulso similar a su propia experiencia para hacer del país una potencia industrial que consolidaría mi parecer de que es la nación más llamada a ser el líder de la zona, pero no con actos inhumanos.

Aprovecho para felicitar a Juan Manuel García por estimular el conocimiento de Haití. Nadie puede contribuir en desarrollar algo positivo si no lo conoce.

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