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jueves, mayo 2, 2024

Tenemos algunos legisladores que actúan como samuros

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El término lo aprendimos oyendo a campesinos de las regiones cibaeñas. Samuro. Siempre creímos, y seguimos creyendo que un “samuro” es un personaje, un ser humano torpe, bruto, orientado permanentemente a cometer errores, no por malignidad, sino por ser eso: un samuro.

Y fíjense lo que dice una definición de samuro tomada al azar de un sitio de Google: “Ave rapaz de hasta 80 cm de longitud, plumaje negro con manchas blancas en la parte interior de las alas y en los extremos; está desprovista de plumas en la frente, la garganta y a ambos lados de la cabeza; se alimenta de basura y carroña”. Eso es en la generalidad de los países.

Entre nosotros se acepta también que un samuro sea “un gallo que no es castizo”, un gallinazo, o gallo pelón. Samuro podría ser sinónimo, también de bravucón, jactancioso, rufián. Un samuro es algo así como un buitre de los que se alimentan de carroña, carnes podridas.

¿A qué viene todo esto?

Viene todo esto, por el caso de uno de nuestros senadores oriundo, y uno supone, que escogido por votos de los moradores de una región que sirve para cosechar y exportar bananos. Guineos. Monte Cristi es una zona productiva, no sólo de guineos exportables, sino de muchísimos otros productos que sus gentes laboriosas hacen parir a la tierra con su trabajo. Son ciudadanos dominicanos de toda ley.

De lo que no teníamos noticias a cabalidad, ni remotamente, era de un legislador, un Senador representante de esa provincia. Legislador de la más reciente camada electoral llamado Ramón Antonio Pimentel Gómez, alías el Moreno Arias.

Este Moreno Arias, atribuyéndose poderes del Estado Dominicano que no le corresponden, intentó actuando personalmente, porque él mismo es, desmantelar un cuartel completo de la Policía Nacional. Se presentó al cuartel y exigió que le entregaran un hombre apresado por presumirse que es un delincuente violador de varias regulaciones legales de las que tuvo informes y denuncias la Policía. Incluida la violación de violencia de género contra las mujeres.

La Policía actuó en consecuencia con el interés ciudadano.

Moreno Arias actuó prevalido de su condición de Senador, conocido sólo en su lugar de origen, uno supone conocido entre votantes ingenuos. Pusieron a Moreno Arias en una cumbre para que cobre su barrilito y su sueldo, y sus otras ventajas conexas con ese cargo, y con cargo al Presupuesto Nacional. Incluida una exoneración de impuestos para vehículos de lujo, cada dos años.

Pero Moreno Arias, el senador, creyendo que tiene más poderes que sus de tener compromisos en comisiones de trabajo, para lo que se le dota de secretarias, escritorios, choferes y otros empleados, se creyó más fuerte que un tenientico (según criterio de samuro).

Fue a subyugarlo y obligarlo, junto a cinco oficiales más, por apresar a uno de sus amigos congéneres que es uno de sus rupestres asistentes, de nombre Richard Rivas Mendoza alias Tibiche, para que violaran los reglamentos a que están sometidos, y que son los que les han garantizado a estos policías, permanecer en sus puestos, y al “tenientico” llegar hasta oficial policial. Reglamentos que según le dijeron estos dignos policías al Senador Samuro, no estar dispuestos a renunciar.

¿Habrá alguna regla ética, moral o disciplinaria en manos de la Asamblea Nacional, del

Senado de la República, en donde este samuro se siente blindado, que obligue a disciplinar a este hombre samuro? Los otros legisladores del Partido Revolucionario Moderno, y ese mismo partido político, no tienen a manos un mazo disciplinario para castigar inconductas como la cometida por el ¡legislador! ¿Moreno Arias, para nosotros especie de samuro?

El honorable presidente Luis Abinader actuó en consecuencia. Premió, con la rapidez de un rayo justiciero, al teniente Salvador Sánchez con un rango mayor como oficial policial. Y ojalá lo empujen a su tiempo hasta que sea un general pundonoroso de los que tanta falta nos hace.

Y preguntamos nosotros, si no hay sanciones para el violador-senador Moreno Arias, a quien le decimos que no lo queremos como Senador samuro, ni como legislador, ni como nada que nos represente, dentro ni fuera del PRM. Tal vez, ni para sembrar guineos y transportarlos sobre sus espaldas estaría bueno.
¿Se oye?

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