No conocemos quien es Franklin Romero. Nunca lo hemos visto en persona. Sólo en fotos. Y dicen que antes, fue diputado. Ahora, es senador de la República.
Queremos cerciorarnos de que Franklin Romero sabe lo que significa Spray y de lo que significa Sevenup.
Quienes conocimos de cerca y de lejos a Rafael Corporán de los Santos, El Viejo Corpo, sabemos que éste era un espectáculo en sí mismo. Era genial al exponer absurdos en los medios de comunicación social para auto promoverse.
En una ocasión anunció en televisión que el refresco embotellado Spray, era igualito a Sevenup, el de la competencia. Y reía a carcajadas.
Es muy posible que el senador Franklin Romero no haya escrito ni compuesto una sola pieza musical. Franklin Romero, mucho menos, ha sembrado un árbol, ni ha escrito y publicado un libro. Si no ha hecho ninguna de estas tres acciones es un ser inexistente en términos sociales.
El senador Franklin Romero viste un flu, con saco y corbata y zapatos, suponemos que bien lustrados. Calza calcetines de colores, como se usa, ahora, para resaltarse a sí mismo.
Franklin Romero es un prototipo de lo que se conoce como “un ñame con corbata”. Eso no quiere decir que sea un pobretón, ya que ningún pobretón llega a Diputado, ni a Senador, utilizando sólo buenas artes. Un ñame con corbata es cualquier legislador en la República Dominicana.
Esta raza imperecedera de legisladores pulula en el tiempo y en el espacio. Pero, están. Y eso es lo grande del caso.
Cuando este senador ¿con mayúscula o con minúscula? propone una Ley para remover el nombre del Senador estadounidense Charles Sumner de una calle de la Capital, no merece perdón.
Este guanajo propone y logra que le aprueben sus congéneres en primera lectura, eliminar a Chales Sumner por el de Rafael Corporán de los Santos.
El Viejo Corpo debe de estar destornillándose con su risa burlona, como sabía hacer.
Corporán de los Santos fue Síndico de la Capital. Y como tal, en una ocasión promocionó que a todo quien regara basura en las calles se le llamara “puerco”.
Y él mismo se reía de su genial iniciativa promocional, por absurda. Porque, así era Corporán. Se autopromocionaba burlándose de lo absurdo, aunque él mismo fuera autor del absurdo.
Enviaremos al Senado un libro cualquiera, mejor si contiene información sobre Charles Sumner. No para que el “senador” Franklin Romero lo lea de corrido, sino para que alguien se lo lea. Así, conocerá de oídas, que Charles Sumner tumbó, que el Senado norteamericano aprobara la negociación de Buenaventura Báez, un dictador de los nuestros, de la peor calaña, para entregar esta República Dominicana a Estados Unidos a cambio de un dinerito para sus bolsillos.
¿Por qué no embarcamos a Franklin Romero en el monumental acorazado del Comando Sur de Estados Unidos, para que cuente allí su historia?
El comandante de ese barco, a quien gusta dar patadas, le daría una patada por el trasero, a Franklin romero, para que aprenda para siempre, mientras flota como materia inorgánica en las aguas del Mar Caribe, lo que se siente cuando un tiburón criollo engulle basura en la desembocadura del río Ozama, junto a la misma avenida George Washington. ¿Los tiburones comen basuras?
Ser “ñame con corbata” significa lo mismo que “pedazo de carne con ojos”.
Nos dicen que Franklin Romero es senador por la Provincia Duarte, donde también fue diputado por el dichoso Partido Revolucionario Moderno (PRM). ¿Se le ocurrirá proponer que cambien el nombre de esa provincia por el de Buenaventura Báez? A cualquier dominican york se ocurren cosas así.
Que nadie se espante. La ignorancia es osada.
