A propósito de la noticia que hace poco nos hizo partícipe el periodista cubano Jaime Masó Torres (quien me entrevistó sobre La Lupe) en torno al lanzamiento del libro biográfico “Celia en Cuba (1925-1962), de la autoría de Rosa Marquetti Torres, en esta semana me quiero referirme a esa antigua y famosa vocalista de la Sonora Matancera.
Úrsula Hilaria Celia de la Caridad de la Santísima Trinidad Cruz Alfonso, a quien todos conocemos como Celia Cruz y la identificamos por su grito de ¡azúcar!, en su carrera artística grabó famosos boleros e hizo un par de memorables colaboraciones con otros artistas.
Una de las buenas colaboraciones y que disfruto es con el bolero “Tu voz”, compuesto por el cubano Ramón Cabrera, que Celia Cruz lo interpreta magistralmente con Vicente Fernández, El Charro de Huentitán. Fue uno de los primeros boleros que cantó Celia con la Sonora Matancera.
La canción “Perdón”, de la autoría del puertorriqueño Pedro Flores, no tiene desperdicio cuanto la cubana la canta con Peter “Conde” Rodríguez (Juan Rodríguez Ferrer).
La vocalista de la Sonora Matancera nos hace vibrar de emoción cuando con su voz dulce y potente interpreta la canción de Miguel Matamoros, “Lágrimas negras”, y que decir de “Egoísmo”, el bolero que popularizó nuestro Aníbal de Peña.
En un gesto de atrevimiento (o dirán que de fanatismo) suelo afirmar que hay boleros que tienen dueños, pero en el caso de “Egoísmo”, aunque De Peña no tiene par en su interpretación, Celia Cruz lo canta muy bien y con ella me quito el sombrero.
“Desvelo de amor”, el bolero de Rafael Hernández, la Guarachera de Cuba lo canta con su estilo propio y único. Pueden encontrar en Youtube a Celia Cruz cantando ese magnífico bolero con su también fenecido esposo Pedro Knight.
Con el sonido inigualable de la Sonora Matancera también “Tuya más que tuya”, “Quizás, quizás, quizás” (el pegajoso bolero del cubano Osvaldo Farrés) y aunque estamos acostumbrados a oírlo en voz de nuestro Alberto Beltrán, también “Aunque me cueste la vida”, un bolero que la Sonora Matancera paseó por el mundo.
Debo confesar que se me eriza la piel cuando escucho “Esperaré”, la canción del mexicano Armando Manzanero, en voz de la Guarachera, con ese sentimiento que enternece. Y por no, “Cuando estoy contigo”, una de esas canciones, compuesta también por el prolífero Manzanero, que no puede faltar en el repertorio de un buen bolerista.
Y una canción que se escuchó mucho por estos lares (y aún se escucha) “Dile que por mí no tema”. Si no saben cuál es o se acuerdan, aquí reproduzco un par de estrofas:
“Dile a tu nuevo querer
Que no hay nada que temer
Porque hace ya mucho tiempo
Que te borré de mi mente
Y no me acuerdo de ti
Pues toda mi atención
La tengo puesta en alguien
Que lo merece en verdad
Al saberme mimar, tal como lo soñé
Me cuida, le cuido
Me besa, le beso
Compartimos nuestro cariño
Y no me queda ni un instante disponible…
Para ocuparme de quien no respetó nunca mi amor”.
Definitivamente, Celia Cruz, nacida el 21 de octubre del 1925 en La Habana (Cuba) y fallecida el 16 de julio de 2003 en Nueva Jersey, fue una artista inigualable, no solo cantando ritmos movidos, como la salsa y el son, también boleros, dignos de dedicarle una tarde de bohemia y beberlos sorbo a sorbo, para no perder un átomo de su esencia y sabor.
