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sábado, mayo 4, 2024

Lo peor para Charles Sumner

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Lo peor que pudo haber pensado el senador republicano de los Estados Unidos Charles Sumner, sería que, a los 150 años, en Santo Domingo encontraría un adversario a su interés en favor de la independencia y la soberanía de la República Dominicana.

No podía pensarlo, porque Sumner estaba peleando para que Santo Domingo mantuviera la independencia y no fuera anexado ni arrendado a los Estados Unidos de Norteamérica, por unos dólares más. Los dominicanos, sin embargo, agradecidos rememoran, hoy, con su nombre sobre una calle de su ciudad capital.

Pero un senador dominicano de hoy, de nombre Franklin Romero, representante de la provincia Duarte, y del Partido Revolucionario Moderno (PRM), por más señas, y quien encabeza la Comisión de Cultura de ese Poder del Estado, ha pedido, y conseguido a medias, que se borre el nombre de Sumner de esa calle. Y que se coloque en su lugar, el de un empresario del espectáculo de radio y televisión de nombre Rafael Corporán de los Santos. Porque en esa calle, éste, tenía montada una de sus empresas.

El pugnaz Sumner

Sumner, en esa pugna encabezando un bloque de colegas republicanos que adversaban la propuesta de anexar Santo Domingo a los Estados Unidos, había recibido la visita del mismo presidente norteamericano Ulysses Grant en su casa. Grant en persona estaba cabildeando, en busca de adeptos para su propósito de anexar Santo Domingo, a los Estados Unidos, con opción a convertirlo en un estado más.

Pero, en el trasfondo de su propósito estaba el interés del Departamento de Estado y los comandos militares norteamericanos de arrendar la Bahía de Samaná por unos dólares más, pagaderos a largo plazo.

Los dominicanos dispusieron la perennidad de aquel senador norteamericano poniéndole el nombre a esa calle, en un rincón de su ciudad capital.

Es muy probable que Sumner Wells no pensara en que una calle del futuro Santo Domingo llevaría su nombre.

Y, por lo tanto, no podía sospechar que un colega suyo dominicano, un senador del partido en el Gobierno, de apellido Romero, quien, por demás, había padecido cárcel por traficar con drogas prohibidas en Estados Unidos, sería el dueño de la propuesta, hoy a medio aprobar, para que el nombre de Charle Sumner sea cambiado, por el de un líder ido del espectáculo de radio y televisión, de nombre Rafael Corporán de los Santos.

El congresista dominicano Adriano Espaillat, del Distrito 13, en Nueva York, Estados Unidos, anunció el sometimiento de un proyecto de ley a la Cámara de Representantes, para crear una comisión que estudie las secuelas de las intervenciones militares de Estados Unidos a la República Dominicana en 1916 y 1965 en busca de reparación económica y reconciliaciones, que incluirá recopilar datos sobre las invasiones y asegurar compensación económica al país y las víctimas.

Una de las disposiciones de la eventual legislación, sería “examinar documentos relacionados con el interés de Estados Unidos de incorporar a la República Dominicana como territorio de los Estados Unidos en 1869 con el Tratado de “Anexión de Santo Domingo”. Que fue el tratado impedido por Sumner en favor de los dominicanos.
Síntesis Tratado Anexión del dictador Báez

Ulysses Gran
Ulysses Gran

La síntesis del contenido del Tratado de Anexión que pretendía el dictador dominicano Buenaventura Báez, establecía que Estados Unidos se anexionaría la República Dominicana, pagaría 1,500,000 dólares, (equivalentes a 26,000,000 de dólares, en 2019) sobre la deuda nacional dominicana, y ofrecería a la República Dominicana el derecho a la estadidad estadounidense, y Estados Unidos alquilaría la bahía de Samaná en 150,000 dólares anuales, durante 50 años.

El intento de anexión de Santo Domingo se produjo durante la era posterior a la llamada reconstrucción de Norteamérica. La inició el dos veces presidente estadounidense Ulysses S. Grant, en 1869. Se anexaría Santo Domingo como territorio de los Estados Unidos, prometiendo que el país sería eventualmente un nuevo estado norteamericano.

Grant temía que alguna potencia europea se apoderara de la isla, lo que violaría la llamada Doctrina Monroe, que advertía que la región latinoamericana era potestativa de los Estados Unidos. Con ello, decía Grant, se ayudaría a lograr el fin de la esclavitud en Cuba y otros lugares de la región, trayendo afroamericanos migrantes a la zona.

Grant encargó, en 1869, que su secretario privado Orville E. Babcock y el negociador Rufus Ingalls, montaran el entramado de tratado en connivencia con el entonces tres veces presidente dominicano Buenaventura Báez.

La controversia

La controversia se presentó cuando los senadores Charles Sumner y Carl Schurz denunciaron el intento de tratado diciendo que se trataba de una maniobra para enriquecer intereses particulares estadounidenses y en Santo Domingo, para dar protección política a Báez.

Sumner argumentaba esencialmente que la propuesta de anexión era corrupta, ya que Báez era un déspota corrupto, aparte de que el uso de la Marina estadounidense por parte del presidente Grant durante la discusión del acuerdo para proteger a Santo Domingo, era ilegal. Y que los anexionistas querían no sólo a Santo Domingo, sino absorber toda la isla, incluida la república independiente haitiana.

Junto a estos argumentos de Sumner, el otro proponente, Schurz entendían que no procedía la adquisición de Haití, porque conllevaba que gente de raza mixta adquiriera la ciudadanía estadounidense.

Ya el presidente Grant había autorizado a la Armada de los Estados Unidos que diera protección a Santo Domingo en prevención de una eventual invasión de Haití.

Mientras, Báez manipulaba con un supuesto plebiscito en el país mediante el que decía que la mayor parte del país apoyaba la anexión propuesta.

Al ir a decidir en el Senado norteamericano, la votación resultó empate.

Pero el presidente Grant insistió enviando un comité en el que incluyó al afroamericano Frederick Douglass que presentó un informe favorable a la anexión de Santo Domingo a Estados Unidos.

Fue a raíz de esa fallida propuesta legislativa cuando el Partido Republicano se dividió en dos facciones, en las elecciones generales de 1872. Grant y sus leales por un lado y por otro lado, los liberales de Schurz, Sumner, y Horace Greeley, candidato presidencial.

Sumner era presidente del poderoso Comité de Relaciones Exteriores del Senado norteamericano, de donde se aprecia el peso específico de su oposición y al evitar la aprobación del tratado de anexión.

La Marina estadounidense tras Samaná

El presidente Grant había ordenado hábilmente, y sin pedir autorización, que la Armada de los Estados Unidos que protegiera Santo Domingo de la invasión por el vecino Haití, a interés del dictador Báez y sus socios. Era el argumento base del dictador Báez, a quien em base a sus apetencias de dinero lo impulsaban a desear entregarle el país a quien fuera.

Báez, hasta ordenó realizar un plebiscito tratando de demostrar que la población dominicana estaba de acuerdo con que se anexara el país a los Estados Unidos de Norteamérica.

En principio, Grant no estaba interesado en tal tratado de anexión, pero obtuvo la información de que la Marina estadounidense quería adquirir la Bahía de Samaná para montar una estación de carbón, y se interesó.

Se examinó la deuda del Estado dominicano con Estados unidos, buscando una vuelta para el negocio. En esa gestión participaron Benjamin P. Hunt, diplomático, el General de Brigada Brevet Orville E. Babcock representando a Grant ante el presidente dominicano Báez.

Grant creía, además, que miles de trabajadores afroamericanos emigrantes podían ser traídos a Santo Domingo desde el sureste de Estados Unidos, quitándoselos a los supremacistas del Ku Klux Klan y evitar así, violencias en la zona, una vez estuviera vigente el fracasado tratado anexionista.  Eso fue parte de la pugna de intereses de grupos que se generó alrededor del Poder y del presidente Grant, a raíz de ser presentada la propuesta de anexión de Santo Domingo.

El tema lo ha revivido, ahora, la crasa ignorancia de un ex diputado, hoy senador, quién sabe atendiendo a cuáles intereses extra legislativos.

La Sumner, como adversario político, fue castigado por el presidente Grant, quien luego tomó represalias despidiendo al Embajador de los Estados Unidos en Gran Bretaña, John Lothrop Motley, amigo íntimo del Senador Sumner. Luego, en marzo de 1871, el presidente Grant tuvo influencia entre los legisladores, y consiguió que sus senadores aliados destituyeran a Sumner como Presidente del Comité de Relaciones Exteriores del Senado.

Para conocer más sobre el intento del dictador Báez para anexar la República Dominicana a los Estados Unidos de Norteamérica, puede consultarse el mensaje del presidente Grant, del 31 de mayo de 1870, sobre la Anexión de República Dominicana y a los autores estudiosos del asunto, Alejandro Mejías-López, William S. McFeelly, Jean Edward Smith, Atkins, G. Pope y Larman Wilson, Donald, David Herber, Nelson, William Javier, Nevins, Allam, Polyné, Millery, Tansill, Charles Callan, Tavárez, Fidel.

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