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jueves, mayo 16, 2024

La rebelión del gorgojo

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…ese ruido -atípico- que despacha el río en las últimas semanas denunciando “tiranías” e intentos de suprimir derechos; altera a la ciudadanía y preocupa por qué; ¡eran muchos y pario la abuela!: destaco “preocupa” ante un “sonsonete” que el ser dominicano hay veces digiere pero que en tiempos de elecciones fastidia, y la gente no quiere enredos. No: lo que suena sabe a revancha, a celadas, a tambores de guerra y otras sinfonías que, en boca de los que ladran; es rebelión. No cualquier rebelión -por sus decibeles- la cantaleta evacúa sañas que el presidente Luis Abinader debe analizar -en frio- y corregir el asunto, Ley 1-24; con la elegancia de lugar, para que a partir la oposición no pueda alegar ni “pio”.

Participación Ciudadana y otros “puros e impuros” -por la dudas- declinan esa ordenanza: para tranquilidad social y por la mucha tela para cortar que le suple el tema a la oposición: entonces, vale derogarla -ipso facto- Con la misma expectación devolverla al útero y -a su tiempo- que otra razón y mejores circunstancias la traiga a la existencia si, mejorías, es la estructura de un proyecto que perturba al común y al más leído. Luego, uno, sin desearlo; promueve un vox populi -erróneo- un “algo que decir” en las conversaciones livianas.

Soy de los que pone distancia ante los dimes y los diretes que inundan los medios con respecto a la propuesta 1-24 porque -escrito está- en política lo que no se ve es más grande y complejo. Pero esa sinfonía del gorgojo en el discurso de Surún  o de la Tora -por dar un ejemplo- es más una rebelión para infectar que para edificar, y, eso; inquieta al ciudadano que ni tapándose los oídos ni sacándose de raíz los ojos evita las agresiones de nuestra “politiquería” inconsulta -deporte endémico de RD- y peaje a pagar -obligado- de quien huya al silencio del campo donde, al cabo, hay poca vida y tiene uno que volver -con el rabo entre las piernas- a la intolerancia de un urbanismo que, por obra y desgracia del político, es donde “pica el peje” y deambulan las “oportunidades”, posibles, para el lambón y para el de a pie.

¿Por qué traigo la inocencia del gorgojo al tapete? Simple -somos un producto- en la casa donde crecí se paleaban gorgojos los 365 días del año -mi Papá era agricultor- y, sin ofender al bicho; dígales que conocí su naturaleza dañina y su astucia para contaminar y expandirse a otros granos. Ese insecto Sitophilus granarius y que los hay asexuales, pero también bisexuales, fecunda hasta en reversa -primo del ácaro, del piojo, de la chincha y la ladilla- su razón de ser es “joder el parto”: entonces, sin exaltar orígenes, vale anejar los renacuajos a la fábula; a la creación errónea de Lucifer que narra Rafael Peralta Romero en su cuento Segunda fase de la creación, de su libro CUENTOS DE VISIONES Y DELIRIOS. (Reto al escritor: explique ¿a cuál entidad de la creación quiso imitar Satanás cuando despachó a esa sarta de malandrines al mundo fenomenal?) Ya no a la oposición política del patio que -sin discurso- conocemos sus cánticos y cómo superan al Gorgojo y afines en apetencias personales; contaminando los frutos sanos y buenos que los dominicanos -con sacrificios- llevan a sus mesas cada día y noche para saciar, además del espíritu, los reclamos del estómago.

Luego: atendiendo a que somos “Animales políticos” -sugiere este pecador- ¡presidente Luis Abinader!, devuelva a sus dinteles a esa jauría opositora que a son de cacareo distraen y confunden y siéntase pleno porque -en política- hay veces vale más retroceder un pie antes que avanzar una pulgada. Vea lo positivo de declinar el proyecto 1-24 y celebre junto a su pueblo la victoria reciente y el porvenir: la gracia de gobernar para todos y cómo apabulló a la oposición del patio; fósiles en extinción e hijos también del universo, pero útiles para la salud de la democracia que este pueblo exhibe: que inspira a gobernantes como Nayi Bukele, que, más de una vez ha elogiado nuestra estabilidad y a usted, presidente Luis Abinader, puntero en la preferencia del voto dominicano y, ungido, como aquel mandatario; por descender ambos de Abraham.

Agúcese, señor Presidente: escuche los ruidos del rio y suelte en banda la Ley 1-24. Diviértase haciendo lo correcto -carta de presentación muy suya-. Trabaje alegre; como sugirió el poeta Tagore “…si canta, pero presientes que nadie escucha tu canción, no importa; canta, continúa cantando”. Sin prisa, pero sin pausa avance lo pautado 4 AÑOS MAS. La victoria del PRM del pasado 18 de febrero certifica que su gestión de Gobierno es correcta y le llama a seguir; como un León alfa, que, en la llanura, evita árboles altos y frondosos pero copados de guacamayos y monos que nunca se callan, peleándose migajas y despachando al suelo hollejo, semillas y virutas que no le dejaran descansar, ni concentrarse. Sí. Mejor busque -astuto- la cobija de árboles de menor sombra y tamaño, pero dignos de su respeto e investidura, donde ni monos, ni “Bocinas”, ni gorgojos ladinos y bisexuales alterarán su reelección en mayo, ni su paz, jamás…

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