Decía Montaigne, quien fue filósofo, escritor, humanista y moralista francés del Renacimiento, autor de los Ensayos y creador del género literario conocido en la Edad Moderna como ensayo. Refería: «Mi vida ha estado llena de terribles desgracias, las cuales nunca ocurrieron».
Lo anterior viene al caso porque de las lecciones aprendemos que no se puede estar pendiente de lo que los demás han logrado, de lo que otros poseen o si nuestros adversarios han acumulado más méritos que nosotros.
Lo que sí debemos hacer es tratar de atender nuestros asuntos lo mejor posible para conseguir lo que deseamos, pero sin preocuparnos tanto por ello e ir disfrutando a medida que vayamos adquiriendo cada logro y tomando como aprendizaje los fracasos.
Se narra en el libro El Secreto de los Líderes, que cuando Theodore Rossevelt, quien llegó a ser presidente del país más poderoso del mundo, EE.UU., tenía 25 años de edad cuando perdió a su madre y esposa la misma noche en su propia casa, dos seres tan especiales para cualquier ser humano. Las dos personas que más él quería en el mundo habían muerto y él no podía hacer nada al respecto.
Luego de permanecer unos años meditando lo que haría con su vida en una situación tan difícil, empezó una meteórica carrera política que le hizo convertirse en una de las figuras políticas más prominentes del siglo.
Tal vez si Roosevelt se hubiese dejado ahogar por las preocupaciones, éstas no le hubieran permitido lograr el triunfo en las metas que se propuso alcanzar, hubiese salido de la competencia para siempre y su vida hubiera pasada inadvertida.
Narra Leonardo de León, autor de la obra citada, que la vida compone de circunstancias imprevistas que trastornan nuestro camino; lo importante es no dejarnos caer ante ninguna adversidad por más grande y difícil que sea en nuestro transcurrir y estar en la ruta del accionar, sin importar en qué lugar, como le ocurrió al presidente Leonel Fernández después de su salida del poder, y hoy se perfila al que hay que vencer como el próximo inquilino de la mansión presidencial. Y así salir de Abinader el 19 de mayor por ser incapaz, siendo el presidente más ineficiente e inepto de toda la historia republicana no dejando nada como legado; pero sí dejará deterioro y destrucción en los ya avances y logros de sus anteriores mandatarios.
Porque la historia de la humanidad está llena de hechos, donde los grandes hombres obtuvieron el éxito gracias a circunstancias imprevistas. Sabemos de hoy, no de mañana. ¿Entonces por qué preocuparnos por lo que no podemos ver ni defender? Obremos por el presente y esto nos asegurará el futuro.
Este aspecto no es algo sólo de nuestros tiempos, como se señala en el libro El Secreto de los Líderes, sino que hace dos mil años, cuando Jesús vino al mundo y dijo «No tengáis ansiedad por el mañana, porque el mañana cuidará de sus propios asuntos».
¡Hasta un próximo encuentro, si es posible !
