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sábado, mayo 4, 2024

El heroico pueblo dominicano ( Para los mártires del 12 de enero 1972)

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«Mi tierra tiene palmeras, como la tierra caliente.

Mi tierra tiene su voz, que ruge si se le encierra.

Mi tierra tiene una flor como cualquier tierra tiene,

la flor de la libertad, que no se pudre ni muere…».

Nino Bravo: de la canción Mi Tierra.

Desde de las primeras resistencias aborígenes frente a la presencia española en Quisqueya, hasta la guerrilla de Playa Caracoles, lo que constituye hoy el pueblo dominicano ha dado muestra de heroísmo, donde los eventos de martirologios han abonado y precipitado acontecimientos para la independencia, la libertad y el progreso.

Una observación de los hechos históricos relacionados con el pueblo dominicano han evidenciado que en todos los casos hemos tenidos que enfrentar adversarios de mayor poder y recursos. No obstante, la combinación de la determinación por la causa, la  ejecución de tácticas y estrategias correctas, ha permitido dar ejemplos de lo «dulce y decoroso que es morir por la patria», ejemplos de resistir y vencer.

En el relieve de la montaña del Baoruco, en 1519, el cacique Enriquillo se reveló contra el exterminio de los aborígenes de la isla, mediante  el desarrollo de acciones guerrilleras de resistencias, durante aproximadamente un año, frente a la representación local de ejército del Imperio español, uno de los más poderosos de la época.

Entre 1532 y 1548 un africano, que se erigió en organizador y representante de los mulatos, denominado Sebastián Lemba, desarrolló por 15 años acciones guerrilleras contra la explotación española al contingente de mulatos sustitutos de los aborígenes exterminados.

En el periodo 1843 -1864 se registran dos importantes eventos, que pusieron en el más alto relieve, el heroísmo dominicano: los triunfos frente a los ejércitos haitiano y español, representando estos acontecimientos, la independencia y la restauración, respectivamente. En ambos casos,  el pueblo dominicano se enfrentó y venció a dos grupos militares con superioridad en armamento y número de efectivos.

Durante la intervención militar norteamericana del 1916 al 1924, un grupo de dominicanos resistieron a las tropas de ocupación, durante los ocho años que  permanecieron en suelo nacional. Esta fuerza de intervención ya tenía las garras de ejército imperial.

En el 1959 ocurrió un hecho de gran heroicidad, por su motivo y repercusión,  en fecha 14 de junio: la llegada de un grupo de dominicanos que formaron  parte de una fuerza latinoamericana, que al país, lleno  de patriotismo,   con el propósito de terminar con la tiranía trujillista. Este constituyó un evento en que los mártires se instalaron en la conciencia nacional la impostergable necesidad de acabar con el trujillismo. Las consecuencias  se observaron dos años después, con la muerte de Trujillo en 1961.

El 24 de abril de 1965, las fuerzas constitucionalistas se llenaron de gloria, por la determinación de enfrentar en las calles de Santo Domingo a cerca de 50,000 efectivos extranjeros (28 mil marines norteamericanos) y el restante grupo nacional. Como consecuencia se generó un nuevo liderazgo político en el país y la conciencia para evitar los golpes de Estado y mantener el orden institucional.

La última confrontación militar en territorio nacional se produjo con la guerrilla de  Playa Caracoles, en 1973. Encabezada por Francisco Alberto Caamaño.  Este hecho coadyuvó a la presencia de  condiciones objetivas y subjetivas catalizadoras de la sustitución política del balaguerismo. No obstante, la mayoria de las fuerzas políticas y sus dirigentes no entendieron el momento.

La penúltima acción militar, muy peculiar y que se conmemora el 12 de enero de 1972, la constituyó la respuesta a la reducción  de los espacios democráticos y de ejercicio de la libertades públicas y políticas, entre 1966 a 1978 en la República Dominicana. Cuatro hombres enfrentaron un contingente de efectivos policiales y militares superiores en número y armamentos. Durante casi ocho horas, Amaury Germán Aristy, Virgilio E. Perdomo Pérez, Bienvenido Leal Prandy (La Chuta) y Ulises Arquímedes Cerón Polanco, lo hicieron para recordarle al pueblo dominicano y a todos los pueblos del  mundo, que lo importante es el número de estrella en la frente, y agregan,  «Y si fuere mil veces esclava, otras tantas ser libre sabrá».

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