Al parecer, veteranos periodistas miembros del Colegio Dominicano de Periodistas (CDP) de la diáspora, que no afrentan este oficio ni a la dominicanidad, buscándoselas con un “cuchillo en la boca” en el Alto Manhattan; no merecemos la atención del presidente Luis Abinader.
Pasó el 5 de abril, nuestro día, y al margen de que no se pensionaron a comunicadores de la República Dominicana, tampoco a veteranos periodistas del CDP en Nueva York, con reconocida trayectoria.
Hasta ahora, hemos sido excluidos de las bondades del denominado gobierno del cambio que encabeza el mandatario. El año pasado se pensionaron a unos 44 en nuestro país; ninguno de esta urbe.
Pero, además, en días recientes recibimos una lista extraoficial (hasta el momento no publicada en periódicos de circulación nacional), con decretos expedidos por el mandatario, que benefician a más de 200 personas con jubilaciones, en algunos casos, anticipadas.
Previamente, el mismo beneficio fue otorgado 65 locutores, y otros 30, por separados; suman más de 300. En los primeros, según se nos dijo, hay cuadros y militantes del PRM.
Obviamente, todo indica que por no ser considerados confiables para los aprestos de re-postulación y reelección del mandatario, no merecemos la Pensión Especial del actual gobierno. Abinader actúa con, respecto a nosotros, con la misma mezquindad de los gobernantes que le precedieron.
En consecuencia, con todo lo pesado y abarcador del término ‘cambio’, el mandatario parece coincidir con esos expresidentes y, subsecuentemente; es uno más. Esto, aunque con fintas persecutorias contra un escogido grupo de corruptos de gobiernos pasados.
En resumidas cuentas, sin ofender a los locutores, donde hay connotados peledeístas; parece haberse considerado que ese sector tiene más espacios de propagandas a favor del gobierno. De ahí, lo numeroso de sus pensionados.
El autor es periodista, miembro del CDP en Nueva York, donde reside.
