29.9 C
Santo Domingo
lunes, mayo 6, 2024

20 de noviembre: vivos centinelas de la memoria en vigilia por Payito

Las más leídas

CRONICAS CIUDADANAS

Amigo Ramírez Puesan, Payito, estuvimos todos. Los pastelitos llegaron tarde, pero una vez más convocantes a tus amigos, quienes con agrado y afecto estuvieron allí…

Tu amada ciudad como siempre: con una alcaldesa que se mira el maldito ombligo mientras las necesidades de seguridad de los ciudadanos, son más evidentes y deplorables, conociendo tu voz y tu ironía, nos hubiéramos reído cantidad, mientras apagabas el cigarrillo convertido en cenizas largas entre volutas conversadas.

No me alegra para nada escribir este testimonio, ando con la tristeza alta por variadas razones, en primer lugar, encontrar personas confiables como tú, es cada vez más difícil  y debes recordar nuestro chiste de siempre «- Hablemos nosotros, porque los que conversaban ya no están «…

En segundo lugar, ahora los disgustos por las cosas del país son dobles, cuando te pienso  cargo con los tuyos y con los míos, es como si lo comentaremos en silencio…

Payito, hay un terrible viento de indolencia oficial, que no veas… Triste, miope, sin sentido…

De estar con nosotros, la discreción fue el gran vacío del domingo en tu lugar del colmado de Hugo.

Lo anterior, lo la indolencia , hubiera sido temática de largas conversaciones  acaloradas…

Así nos pasamos el tiempo recordándote, aferrados  a un retrato  y el famoso banco de madera que regalaste a Cocco Gonthier y a Cordero, Alfredo, tus entrañables amigos de siempre.

Un fuerte aguacero llegó de repente. Entre la lluvia, un viento gris se abría paso de modo sutil desdibujando las gotas verticales, perceptible humedad entre nuestras pupilas.

Hicimos silencio, miramos todos y todas hacia la puerta y aquella lluvia era una sinfonía  pluvial por tu mejor espíritu, en medio de aquel pequeño diluvio, próximo al mar , la vela encendida que se reflejaba en tu rostro ( flanqueados por vivos girasoles puestos por Marta Lovelace ), se apagó, ya nos íbamos, acojonados y alegres al mismo tiempo, un ciclista repentino se unió a nosotros, te recordaba ( Lyle O. Reitzel ) y tu nombre con respeto se jondió dos bohemias y con su cara de astronauta de dos ruedas, miró con ternura tu retrato y musito: «- El año que viene, estaré con ustedes aquí, pero más temprano «.

Vimos partir al ciclista del juramento y poco a poco, pensando en ti, Patito, nos fuimos desapareciendo, hasta el 20 de noviembre del 2023.

Amigo  Ramírez Puesan, Payito: para el dolor y la alegría, siempre seremos los centinelas de tu bella memoria ( CFE )

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí

Lo último