En los países desarrollados, existe un elemento común que ha contribuido significativamente a su prosperidad: la inversión privada en la prestación de servicios.
Esta estrategia contrasta marcadamente con lo ocurrido en las economías comunistas, donde el Estado intentó controlar todos los aspectos de la economía, lo que resultó en miseria, atraso y subdesarrollo.
Un ejemplo reciente y cercano lo podemos encontrar en nuestra propia ciudad de Santo Domingo Este, con la gestión de la recogida de basura, durante la administración anterior de Manuel Jiménez, donde se intentó estatizar este servicio, y el resultado fue desastroso, la ciudad se llenó de vertederos improvisados en cada esquina.
Para empeorar las cosas, cuando la nueva administración tomó posesión, encontró que, de los 100 camiones comprados para la recogida de basura, 49 tenían la transmisión dañada.
Resultado natural con las cosas públicas, lo que se agrava cuando todavía muchos creen que -por diferencia de grupos políticos, dañando las cosas públicas, a quien perjudican es a la nueva administración, cuando están perjudicando la sociedad.
Afortunadamente, con la llegada del Pastor Dio Astacio a la Alcaldía de Santo Domingo Este, los vertederos en Santo Domingo Este, han desaparecido. En menos de 80 días de administración municipal, Santo Domingo Este luce limpia como hace años no la veíamos.
La colaboración público-privada, no solo mejora la calidad de vida de los ciudadanos, sino que también fomenta un entorno más limpio y ordenado, esencial para el bienestar y el desarrollo sostenible de nuestra comunidad.
La lección es clara: delegar en empresas privadas la gestión de servicios públicos no solo es positivo, sino necesario para alcanzar un nivel de desarrollo comparable al de los países más avanzados del mundo. Es un camino probado hacia la eficiencia, la transparencia y el progreso.
La inversión privada en cualquier sector es sinónimo de creación de empleos, de eficiencia, de progreso, de desarrollo.
Claro, hay que pagar por el servicio, una administración municipal como la pasada, no podía esperar buen servicio de las empresas privadas, si no les pagaba a los inversionistas.
