El rompiente estallido en la somnoliente tarde de aquel último sábado de abril hace justo 60 años incrustó en la historia del país esa fecha que se hizo’ Gloriosa “, categorización que 19 años después sería reeditada por una “ poblada” desigual entre los mismos protagonistas – el pueblo y los militares-, gestas de las que nunca se contabilizaron los muertos, lo que sí ha ocurrido en la tragedia de la discoteca Jet Set, hasta ahora más de 230, convirtiendo a abril en un mes desgarrador, doloroso, cruento en el calendario dominicano.
Abril del 1965, cuando el mes llegó a su día 24, sábado, el doctor José Francisco Peña Gómez, desde la radioemisora oficial despertó al pueblo de su recién iniciada pausa diaria, anunciando el levantamiento militar que se fraguaba desde casi después del derrocamiento militar contra el Gobierno constitucional del Partido Revolucionario Dominicano, encabezado por Juan Bosch, siete meses más tarde de juramentar el cargo conquistado en las primeras elecciones (1962), tras el ajusticiamiento del tirano Rafael Trujillo, en mayo del 1961.
Conquistadas las calles de barrios populares de la capital en los días finales de abril, la muerte violenta comenzó a crecer tras el arribo interventor de fuerzas militares encabezadas por tropas estadounidenses, que junto a sus pares dominicanas, en mayo 19 frente al Palacio Nacional y en San Francisco de Macorís sumaron decenas, tal como en junio 15 y 16 en la cabeza del puente Duarte siguieron aumentando el número de víctimas que perdió su exactitud en la macabra Operación Limpieza, acción armada de persecución a hombres y mujeres que en sectores de la ciudad se dispusieron a defender la ofensa contra el suelo patrio.
En otro abril, 19 años después de aquel Glorioso, el pueblo apenas despertar en un lunes
sacudido por la imposición intempestiva de precios altos en productos básicos y agitado desde algunos confines, explosionó para convertir calles, comercios y servicios en una desigual batalla donde el ejército y otras fuerzas represivas regaron de sangre y cadáveres los barrios populares de la zona norte de La Capital, en una matanza sin número conocido que duró dos días, que está vez tocó al mismo Peña Gómez apaciguar .
sesenta años después de aquella primera jornada fratricida y 41 años más tarde de la poblada ocurre la impactante tragedia provocada por el derrumbe del techo de la discoteca Jet Set en abril 8 de este 2025, contabilizando hasta ahora más de 230 fallecidos desde la madrugada de ese día y hasta cuatro fechas después, víctimas conocidas por su alcurnia, su presencia en el diario vivir de la gente, vecinos, familiares queridos, conocidos y relacionados que con sus muertes han tejido una solidaridad desde la que se ha sobrellevado el duelo intenso y extenso provocado.
Las tres tragedias tienen comunes condiciones por ser las más altas en muertes producidas
aunque se desconocen las dimensiones de las dos primeras; también, la presencia de la radio como canal de difusión en la rebelión de abril del 1965, tarea asumida en la primera jornada de la pobladas del 1984, y de disuasión para ponerle fin, mientras que ahora, en el derrumbe de la discoteca, parte de la radio pretenden usarla como instrumento anulante de la exigencia de responsabilidad ante ese hecho.
En abril del 1965, la beligerancia política era entre dos tendencias, en la que se impuso
determinó que ni siquiera se asumiera la disposición de reclamar responsabilidad, otro tanto se hizo en 1984 cuando ni intentos hubo para reclamar una investigación, pero, ahora es diferente: la Justicia es otra, y tiene que ratificarse como lo que es, así tan sencillamente!
El desgarrador dolor de abril tiene deudores!
