En momentos en que las autoridades más han cacareado la llamada reforma policial, cuando más recursos económicos, materiales y humanos se invierten con ese objetivo, resulta contraproducente que la Policía Nacional siga con su política de gatillo alegre.
Basta escuchar a los familiares de Richard Michel Estrella Arias y Johan Eduardo Belliard Aybar, para confirmar que sus parientes fueron ejecutados tras ser sometidos a la obediencia.
La sociedad tiene que condenar esa actuación, brutal y abusiva, contra ciudadanos que la Policía acusa de participar en el asalto contra la sucursal del Banco Popular ubicada en la avenida Luperón, el 3 de junio pasado.
Nada justifica esa conducta policial frente a ciudadanos que no mostraron resistencia. La Policía no es la autoridad para aplicar justicia. Cuando asesinan a los acusados de un hecho, se pierden informaciones valiosas que podrían contribuir a apresar a los autores intelectuales.
Esa brutalidad de la actuación policial le resta credibilidad a la institución frente a la población, y frente al combate a la delincuencia.
Cuando ocurren hechos de esa naturaleza, queda la sospecha en la ciudadanía de que se quiere ocultar algo, alguna conexión que afecta a miembros de la Policía Nacional.
Por la frecuencia con que se repiten esos hechos frente a personas acusadas de delincuencia común, es más que legítima la sospecha de la población y dan más pie, con razón, a teorías conspirativas.
Cabría preguntar por qué la Policía no exhibe la misma conducta frente a los acusados de delitos de cuello blanco, esos que contratan abogados famosos para que los defiendan y realicen campañas de relaciones públicas para defender su presunta inocencia.
Estamos de acuerdo y apoyamos los esfuerzos que se hacen por una verdadera reforma policial, que debe comenzar a mostrar sus frutos, sin mostrar debilidades, pero sin excesos frente a la población, y que ponga como norte el respeto a los derechos humanos.
Eso demuestra que el ministerio de interior y su ministro no SIRVEN para nada porque no ponen a los policías en Jacke a respetar la vida de los ciudadanos y para controlar los excesos policiales es que debe estar el MINISTERIO DE INTERIOR Y POLICIA.