El candidato a Senador del Distrito Nacional, la plaza mayor al interior del Congreso Nacional, doctor Guillermo Moreno, escogido para esa postulación por el Partido Revolucionario Moderno (PRM) dispone de un expediente robusto para esa función: la fama de que es un hombre serio.
¿Qué cosas se cocinan en el Senado de la República? ¡Leyes! Y ese es el problema. Para producir leyes que deberán cumplir con respeto todos los ciudadanos no basta con lucir bonito. No basta con ser abogado de los tribunales de la República, pero si lo es, mucho mejor.
Una virtud sí debe adornar a quienes aspiran a que los electores lo escojan para ese puesto: que sean personas con plena garantía de que su carta credencial es la seriedad.
Alguien llamó la atención de sus contertulios cuando surgió con la pregunta de qué es lo que le encuentra el presidente Luis Abinader a Guillermo Moreno, a quien ha escogido como punta de lanza para disponer
de su confianza en el Senado. Que es un hombre serio. Tan serio es el temple de Moreno que en ocasiones esa cualidad virtuosa, le genera dificultades mayores en el mundo de la política.
O le generaba dificultades. Porque ya se siente que Moreno, como decían sus adversarios políticos, no tiene que ser una carga para el candidato
presidencial Abinader. Moreno es, ahora, una carga sorpresa, de muchas sorpresas.
Moreno que ha sido candidato presidencial en ocasiones, ha preferido mostrar músculos sólo en el Distrito Nacional.
¿Por qué Moreno es una carga de sorpresas que aterran a sus opositores y hasta a quienes han sido sus tradicionales admiradores y seguidores en su propio grupo político?
En una súbita actividad se ve a la deslumbrante Faride Raful, toda una coordinadora de campaña del PRM, grupo en el Poder, y mayoritario en el pugilato por quedarse, sazonando con su sonrisa, nada menos que al candidato Guillermo Moreno. Y lo hace de la mano del mismo Abinader.
El Distrito Nacional, localización que en su oportunidad el presidente Abinader sentenció le queda pequeña a la figura de Faride, está sirviendo para que, durante todo el trecho, a todo lo ancho y lo largo, Moreno no sólo sea cargado por el candidato a la reelección y sus ventajas ya medidas, sino por la misma Faride. Oh, cuántas jaquecas generaría esa novedad. Su figura,
la de Faride, arropada por el PRM, y yugulada por el peso de esa su organización, anda, ahora, obsequiando la seriedad de Guillermo Moreno, a los capitaleños.
Ah, Moreno, que traería sorpresas al poder demostrar que la expresión de Abinader que lo avala como un hombre serio, por quien se la juega respaldando su candidatura, tendrá en ese eventual Senador, un aterrador jurista, probado jurista, para enfrentar las bestias de la corrupción, conocidas o por conocer.
Guillermo Moreno es un hombre serio. Brava y comprometedora sentencia que podría traer serias sorpresas desde el foro del Congreso Nacional.
Porque ¿Qué otra cosa que no sea la presencia de hombres serios, querrá la sociedad, en esas curules y recintos de comisiones en los solemnes y augustos salones donde se cocinan las leyes y contratos que comprometen a todos los ciudadanos?
No hay que ser Guillermo Tell. Basta con ser Guillermo Moreno, punta de lanza que aterra la perspectiva de muchos sirvegüenzas.
