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viernes, abril 25, 2025

Melómano/ Un libro sobre el merengue, Fonchy Tejeda, Roberto Monclús y Wladimir Lozano

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El viernes 13 de este mes de marzo, el director de la Biblioteca Nacional Pedro Henríquez Ureña, el escritor y buen amigo Rafael Peralta Romero, me pidió que lo representara en la puesta en circulación del libro “Merengue: Obra periodística en La Nación (1940-1965), una excelente recopilación de artículos sobre los orígenes y desarrollo de nuestra música autóctona, publicados en el desaparecido periódico La Nación.

La actividad se llevó a cabo en la sala Aida Bonelly del Teatro Nacional, donde tuve la oportunidad de compartir con buenos, viejos amigos y conocer otros, como fue el caso del autor del libro, el acucioso periodista Máximo Jiménez.

Aunque enfocado en estos menesteres del bolero, también soy un apasionado de este género musical que nos identifica, disfruto del buen merengue en esas noches de bohemia.

Esa noche me enteré de cosas interesantes sobre el origen del merengue, que pienso profundizar adquiriendo y leyendo el libro, que de paso recomiendo.

Entre las personas queridos con los cuales compartí esa noche memorable figuran Alfonso Tejeda, el querido Fonchy, residente en los Estados Unidos; Roberto Monclús, productor y conductor de República Musical, la folclorista Xiomarita Pérez y el gestor cultural, Darío Tejeda, un acucioso investigador del merengue, que vive en New York.

Pues resulta, que yo recuerde, nunca le agradecía a Fonchy las gestiones que hizo para mi participación en la Feria del Libro de New York 2010.  En la Ciudad de los Rascacielos, la New York de Frank Sinatra (1915-1998), escenario del bolero “Luces de Nueva York”, presenté mi novela “Con el diablo en el cuerpo”, inspirada en la vida de Guadalupe o Lupe Victoria Yolí Raymond, La Yiyiyi.

Haciendo acopio de la enseñanza de mi madre, aprovecho esta oportunidad para agradecerle y decirle a Fonchy que fue un inmenso placer juntarme con él.

Roberto Monclús, productor del programa República Musical
Roberto Monclús, productor del programa República Musical

El domingo siguiente, el productor y conductor de República Musical me escribió para preguntarle cuál canción de Wladimir Lozano junto a Oscar de León en la Dimensión Latina me gustaba más. Sin dudarlo un segundo le respondí: “Amor cobarde”.

Algunas personas quizás ni se imaginan que Wladimir tiene una dilatada carrera musical, pues lo recuerdan o lo han visto junto a Oscar de León, con quien hacía una extraordinaria mancuerna en el escenario.

Lozano nació el 2 de marzo de 1950 y desde niño se inclinó por el canto, ya que formó parte de coros estudiantiles y de la iglesia.

Fíjense que interesante, con menos de 15 años ya cantaba con el arpista Andrés Eloy Blanco, versiones de clásicos venezolanos y actuaba por las noches en clubes nocturnos.

En 1971, Oscar de León lo recluta para cantar con Los Psicodélicos y tras la formación de la recordada La Dimensión Latina, Lozano es integrado al staff de cantantes como bolerista de esa popular agrupación, por donde pasó Andy Montañez (Andrés Montañez Rodríguez), entre otros.

Además de “Amor cobarde”, con La Dimensión Latina Lozano popularizó “Taboga”, que rompió récord de popularidad; “Divina niña” y “Mi adorada”, una de mis preferidas en noches de karaoke, pero la versión del puertorriqueño Gilberto Monroig.

Dimensión Latina
Dimensión Latina

Tras su salida de La Dimensión Latina en 1975, Oscar se lleva a Wladimir y forman la Salsa Mayor y ahí el bolerista populariza “Dulce desengaño” y “María”.

Sin desperdicio, extraordinario, el boleto “Sin ti” que Wladimir interpreta con la famosa orquesta Billo´s Caracas Boys, dirigida por el músico y compositor dominicano Billo Frómeta (Luis María Frómeta Pereira, 1915-1988).

Además, Lozano interpreta las memorables canciones que popularizaron en grupo chileno Los Ángeles Negros, todas sin desperdicio.

Confieso que el viernes que estoy en modo Wladimir Lozano en tiempo de boleros nadie me saca de ahí. “Amar y vivir”, “Historia de un amor”, “Noche de ronda”, “Ódiame”, “Dos gardenias” y “Blancas azucenas”, una de las más bellas interpretaciones de Wladimir, un bolero digno de escucharse y disfrutarse.

Lo cierto es que Wladimir Lozano le impregna sentimiento único a cada bolero que interpreta y que el mensaje de Monclús preguntándome sobre él, el domingo siguiente de haber compartido con esos dilectos amigos, de conocer detalles inéditos del merengue, fue la perfecta excusa para hablar de este cantante, nacido en Caracas. Y, por qué no, para colocarlo en mi agenda y volver a disfrutarlo este viernes bohemio. Salud.

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