A pesar de que a partir de la década de 1960 se empezó a colocar en las cajetillas de cigarrillo la leyenda de que “fumar es perjudicial para la salud”, luego de que una serie de estudios científicos demostraran que, ciertamente, era dañino para el ser humano, ese hábito se convirtió en una muestra de rebeldía, liberación y, en muchos casos, de estatus.
Además, fumar era la moda y la moda no incomoda, ser aceptado y formar parte del grupo. No sé si fumar facilitaba o facilita la retrospección, alimenta la imaginación creativa y reflexiva, ahuyenta el fantasma de la soledad y es alivio para el desamor. No sé. Nunca fume.
Lo que sí sé es que la acción o el vicio de fumar ha servido de inspiración a compositores de memorables boleros y tangos, que esta entrega trataré de identificar, por lo menos algunos.
Empezaré con el tango “Fumando espero”, escrito en 1922 por Joan Viladomat Massanas y Félix Garzo. Este tango fue grabado en su primera versión por Ramoncita Rovira, en 1924 y luego le siguieron una serie de artistas, entre ellos Sara Montiel, en 1957, que la interpretó en la película “El último cuplé”.

Además, Carlos Gardel (1890-1935), conocido como “El Zorzal Criollo” y “El Morocho del Abasto”; Héctor Varela, que fue un director de orquesta, compositor y bandoneonista argentino; Alfredo de Angelis (1912-1992), Argentino Ledesma, Sandra Márquez y Nina Miranda.
Una característica de este tango, que me hace recordar a la orquesta de Rafael Muñoz, es su larga introducción, como si se tratara de una canción instrumental.
Al texto original se le recortó una estrofa, a partir de la versión de Sara Montiel (María Antonia Abad Fernández, 1928-2013), que algunos atribuyen a la censura del dictador Francisco Franco Bahamonde.
Pero, además, se les cambiaron algunas palabras. Por ejemplo, la versión de Montiel habla de “tendida en el chaisse longue”, que fue sustituida por “tendida en el sofá”.
“Fumar es un placer
Genial, sensual
Fumando espero
Al hombre a quien yo quiero
Tras los cristales
De alegres ventanales
Y mientras fumo
Mi vida no consumo
Porque flotando el humo
Me suele adormecer
Por eso estando mi bien
Es mi fumar un Edén
Dame el humo de tu boca
Anda, que así me vuelves loca”.
Ya tenía tiempo rodando por el mundo de la música, pero fue Raúl Marrero (Raúl Esteban Marrero Quiles) quien la popularizó en el país o por lo menos en su voz fue que la escuché por primera vez. Se trata de “Un cigarrillo y un café”.
Con profundo sentimiento, este bolero lo interpreta Víctor Estévez, acompañado de su conjunto. Además, Julio Jaramillo (Julio Alfredo Jaramillo Laurido, 1935-1978), conocido como El Ruiseñor de América y Míster Juramento, Leonardo “Kike” Vega y Ricardo Fuentes.

Pero el favorito entre las féminas, en las noches de bohemia y karaoke, es, indiscutiblemente, “El cigarro”, cuya dueña es la mexicana Ana Gabriel (María Guadalupe Araujo Yong).
Además, esta canción, que es uno de los discos icónicos de Ana Gabriel, lo interpreta Luis Miguel. Una excelente versión es la del colombiano Tobi Rabat y que decir de Paola Jara, acompañada de una botella de vino y un cigarrillo. Además, recomiendo “El cigarrillo” de Steeven Sandova, un cantante de música ranchera, que formó parte del Mariachi Vargas de Tecalitlán. Le dicen “La voz de oro” y ella es Kelly Tatiana, una chica muy joven, pero con una voz dulce, que también se acerca a esta canción.
Esta canción fue escrita por el chileno Tito Fernández, como un poema, en 1967 y ha dado mucha agua que beber.
Finalmente, para mí una de las canciones más representativa vinculada con el consumo de tabaco, con el cigarrillo, un poema hecho bolero, compuesto con sentimiento por uno de los grandes artistas de Hispanoamérica. Se trata de “Un cigarrillo, la lluvia y tú”, que fue la primera pieza de la fecunda pluma de Alberto Cortez (José Alberto García Gallo, 1940-2019). Tiene bien merecido el título de cantautor, compositor y poeta argentino.
Tito Rodríguez (Pablo Rodríguez Lozada, 1923-1973) Felipe Pirela (Felipe Antonio Pirela Morón, 1940-1972) José Luis Rodríguez, el Trío Los Panchos, nuestro Sergio Vargas en colaboración con Cortez, que también la canta, son algunos de los afamados artistas que no se han resistido a incluirla en su repertorio. Pero una maravillosa sorpresa fue escuchar una versión en voz de Sandro de América (Roberto Sánchez Ocampo, 1945-2010).
Hoy, aunque se llevó a muchos amigos, seres queridos, hago este humilde homenaje al cigarrillo, esa dañina manera de imaginar, soñar, llorar y talvez crear.