El viernes 3 de mayo del año en curso falleció el bolerista José Emilio Joa, conocido como “el Chino Joa”, por su decendencia china. Tenía 77 años y estaba alejado de los escenarios, porque la edad, que no viene sola, no perdona.
Definido como un sujeto jocoso, un bohemio y, sobre todo, un buen bolerista, de esos que olvidamos porque las emisoras dominicanas no colocan sus discos, en parte por aquello del Complejo de Guacanagarix o porque, supuestamente, a nadie le interesa.
En esta sociedad de hoy existe el imperativo de ser como las gallinas, que cuando pone los huevos, cacarea. Artistas como El Chino Joa, “La voz del bolero”, no pueden ser presa del olvido, aunque estén retirados.
Me luce proponer dedicar un día en el año para colocar, por lo menos en la emisora oficial, los discos de estos artistas dominicanos que llenaron toda una época, hablar de ellos, con orgullos, como hacen los mexicanos con su cine clásico, con sus grandes estrellas. No dejarlo primero morir de olvido y enterarnos de su existencia a la hora de su muerte.
Cuando me enteré de la muerte de Joa me deleité escuchando sus canciones, algunas interpretadas en el otoño de su existencia. Canciones como: “Un poco más”, de la autoría del compositor mexicano Álvaro Carrillo.
Además, “Juguete” (escrito por Rafael Márquez), junto a una joven María María, también un poco olvidada. Lo interpreta con ese estilo suave y tranquilo, como si en vez de cantar, hablara, tan parecido a Cheo Feliciano.
O “Algo contigo”, la maravillosa melodía compuesta por Chivo Novarro (Bernardo Mitnik, 1934-2023), interpretada a golpe de piano, como el autor la concibió. “Se te olvida”, otras de las piezas memorables de Carrillo; “Droga de amor”, con un estilo movido; “Perfume de gardenias”, escrita por Jíbaro Insigne, Rafael Hernández; “Sin ti”, “Una primavera para el mundo”, compuesta por René de Risco Bermúdez; el tango “El día que me quieras”; “Oui madame”, que Monroig la canta maravillosamente; “Vivir de recuerdos, cuyo dueño es Frank Cruz, en fin, es amplio el repertorio de boleros del Chino Joa.
Me sentí sumamente halagado cuando, desde mi posición en el Biblioteca Nacional Pedro Henríquez Ureña, pude ayudar a uno de esos artistas dominicanos, también un poco olvidado. Me refiero a Expedy Pou, quien puso en circulación el libro “Manuelico: un campesino dominicano instruido”, en uno de los salones de la institución.
Cobra vigencia con los artistas, los boleristas dominicanos, la frase de Eugenio María de Hostos de “¡Oh, América infeliz que solo sabes de tus grandes vivos cuando ya son tus grandes muertos!
Debemos cambiar esa conducta y por ese motivo la razón de esta columna semanal. Esos boleristas olvidados y su música forman parte del espectro cultural de la República Dominicana.

Aquí van algunos temas de artistas que muchos no recuerdan, pero que llenaron toda una época. Expedy Pou: “Solo quiero decirte que te quiero”, Fernando Casado: “Primavera para el mundo”; María Cordero: “Como el dos” (exquisita canción); Sira Medina: “Siboney”; Rhina Ramírez: “A la que vive contigo”; Anahay: “Celos”; Luchy Vicioso: “Cuando yo te olvide”; Adalgisa Pantaleón: “Lágrimas negras” (maravillosa versión) y Hansel: “Quien después de mí”.
Los buenos boleristas, como el Chino Joa, hay que recordarlos con sus canciones y por tal motivo, como humilde despedida, invito a sacar tiempo y escucharlo, sentirnos orgulloso de lo nuestro.